Día del periodista

Opinión 16/07/2007 . Hora: 08:05 . Lecturas: 0

El jueves 8 de Junio, luego del día del periodista y en el marco del agasajo realizado por el Municipio de Puan, el intendente López definió el periodismo local como “amateur” y aconsejó: El periodismo también tiene que abandonar esa función casi exclusiva del ojo en el periscopio, ¿ustedes vieron que el ojo ve todo y no se ve a sí mismo? El periscopio en el barco (sic), pasa igual, ve todo pero no se ve a sí mismo, digo por allí también es bueno que el periodismo empiece a analizarse a sí mismo”.

Luego de la cena ofrecida a los periodistas invitados para tal ocasión, habló el delegado de la localidad de Darregueira, Juan Carlos Carcedo, quien brindó un breve discurso y remarcó la importancia de la libertad de prensa. “Tenemos la suerte de vivir en democracia, de poder pensar como nosotros queremos, y todos los días tratamos que ustedes puedan manifestarlo. Creo que es fundamental que puedan seguir expresándose, diciendo su verdad, nosotros la nuestra. Muchas veces coincide, algunas veces no, y muchas veces nos hacen reflexionar con sus opiniones, creo que eso es bueno”, dijo el funcionario.

El discurso de López, textual.

“En realidad queríamos hacerles llegar sentimientos de felicitaciones. Esperamos que el día de ayer (en referencia al día del periodista, 7 de Junio) haya sido un día agradable para todos ustedes, que lo hayan podido pasar de la mejor manera posible. Cada vez que me toca la tarea de tener que hablar y de dar alguna opinión o algún mensaje, que aunque no sea compartido, permita el análisis y el intercambio de ideas. Y me parece que esta noche podría hacer alguna reflexión sobre qué es el periodismo. Si buscamos alguna reflexión medianamente oficial podríamos decir podríamos decir que el periodismo es ese oficio o profesión que tiene como finalidad buscar la noticia, la información para mantener enterada a la sociedad de lo que ocurre alrededor. Pero ustedes saben que el periodismo importante es mucho más que eso, es mucho más que haber estudiado Comunicación Social, es mucho más que haberse preparado, fundamentalmente el periodismo es experiencia y trabajo, pero sobre todas cosas es amor y pasión por lo que se hace.

La búsqueda de una noticia por parte de los periodistas suele ser bastante fácil, quizás me parece a mí que el problema más difícil que afronta el periodista es cómo darle el tratamiento adecuado a una noticia. Cómo trasladarle a la gente, cómo informar de que forma hacerlo, en qué momento y en esto creo que tiene que haber una reflexión muy profundos sobre los principios filosóficos como la ética y la moral. Teniendo en cuenta que la ética es ese conjunto de valores universales que se ponen a disposición de la gente y que la moral es la que nos lleva a elegir que valores éticos utilizamos y entonces, en el conjunto de la ética y la moral es donde el periodista encuentra al respuesta a qué cosas debo comunicar, cómo lo debo comunicar y cuál es el limite de la noticia que debo dar. Entonces, toda noticia tiene un límite.

Quisiera hacer una especie de parangón con la conversación que teníamos en la mesa sobre dónde están los límites de Tinelli (por el programa “Bailando por un Sueño” del conductor Marcelo Tinelli, Canal 13), no es que quisiera volver al tema del 5 de junio (en referencia a su alocución con motivo del aniversario de la localidad, en donde hizo referencia al Baile del Caño). Es que cuando en la búsqueda de buscar determinados resultados se empiezan a empujar los límites, llegar a un momento que puede no encontrarse esos límites.

A mí me parece que hay un periodismo, como en otros tantos aspectos de la sociedad, que están en crisis, una crisis importante de transformación, producto de dos cuestiones fundamentales: la revolución tecnológica y la economía. Cualquiera de los que hace tiempo hacen periodismo y que están hoy aquí, no pueden negar lo que les ha significado la llega de internet, les revolucionó el trabajo…creo que la palabra “periodismo/ periodista” proviene de una palabra parecida a jornal, que era el tratamiento diario de la noticia. Hoy la noticia se trata al instante, la que no analizaste ahora, ya dentro de media hora ya no sirve, con lo cual el periodismo se encuentra en esta tarea de tener que decidir rápidamente en el momento sobre cuestiones puntuales que se plantean allí y que a la media hora o a la hora, pasó de largo y dejó de ser interesante y entonces pierde, me parece a mí, esta capacidad que debiera de tenerse de poder analizar el hecho y su circunstancia. Decía ya hace mucho tiempo un escritor, ¿No? Ortega y Gasset: Yo, y mis circunstancias. Digo…el periodismo con esta velocidad de tener que analizar los hechos, pierde la posibilidad de ponerse en el lugar y la circunstancia en el otro. Sin con esto pretender hacer una larga charla, digo, si esto es una parte del problema, la revolución tecnológica…imagínense ustedes lo que es la situación económica.

El periodismo a nivel mundial ha ido cambiando rápidamente el sentido ético de la información. Hoy la información en el mundo se ha convertido en una mercancía que se compra y se vende de acuerdo a las leyes del mercado, de acuerdo a la oferta y la demanda, quién más paga, menos errores comete a los ojos del periodismo y sino, miremos la CNN en la Guerra de Irak. La CNN hizo un tratamiento de la noticia en donde dijo claramente que Bush y su gente habían puesto el pie para que la noticia fuera transmitida de determinada manera. El manejo periodístico de lo ocurrido en España, después del atentado terrorista de la ETA, demostró claramente como el poder político influyó sobre el periodismo para que la noticia fuera dada de una determinada manera. Entonces claro, si por un lado la urgencia en el tratamiento de la noticia impide que se tengan en cuenta valores éticos y morales para su análisis, por el otro, la información se transforma en una mercancía que se compra y se vende, en realidad estamos hacia el futuro en presencia de que al información sea propiedad de las grandes cadenas de televisión o de las grandes cadenas de noticias que están al servicio de determinados intereses.

Y entonces uno dice, qué es lo que queda…y lo que queda son ustedes, los amateurs del peronismo (sic) periodismo, perdón, si me permiten la expresión. Porque en realidad, ustedes como periodistas no profesionalizados, en término de pertenecer a grandes cadenas y agencias, pueden tomarse ese tiempo para la reflexión, pueden seguir acompañados de valores éticos y morales, pueden entonces dar una información a la sociedad que los rodea.

Como dije al comienzo de la definición, que el periodismo se acerque a la verdad, porque en realidad, para qué sirve el periodismo si no es para estar al servicio de la verdad, y por último quisiera decir algo que no me sentiría tranquilo si no lo dijera: el periodismo también tiene que abandonar esa función casi exclusiva del ojo en el periscopio, ¿ustedes vieron que el ojo ve todo y no se ve a sí mismo? El periscopio en el barco, pasa igual, ve todo pero no se ve a sí mismo, digo por allí también es bueno que el periodismo empiece a analizarse a sí mismo, que si nos piden a los políticos que reconozcamos los errores que seguramente cometimos, qué bueno sería que los periodistas, algún día hicieran un análisis y dijeran que yo también me equivoqué.

Le agradezco al “Fibra” (por Juan Carlos Carcedo, Delegado de la localidad de Darregueira) tanta confianza al grupo político porque piensa que el año que viene vamos a estar compartiendo con ustedes, me sumo a tu deseo “Fibra”, hasta el año que viene.”




Opinión

El periodismo desde adentro

“El 7 de junio de 1810, Mariano Moreno fundó la "Gazeta de Buenos Ayres", primer periódico de la etapa independentista argentina. La Primera Junta indicó por decreto su fundación por ser necesario anunciar al público los actos oficiales y las noticias exteriores y locales. Sus primeros redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli”, relatan las crónicas históricas de esta efeméride cultural.

Cada vez que llega este día, como periodista, siento que la mejor manera de festejarlo es mediante el trabajo.

Todos los años, desde distintos lugares, se agasaja a la prensa. Pero no siempre y, ni siquiera en una fiesta, es bien recibida por algunos sectores.

¿Se puede hablar de la esencia de esta profesión sin ser periodista? Cada cual hará su propia respuesta a mi pregunta.

Esta profesión es un constante aprendizaje, dada a través de la práctica y la exigencia de estar siempre informado. Como toda actividad, debe ser desarrollada con responsabilidad y con total conciencia de informar a la comunidad a través de la verdad. Sin embargo y en este punto, surge el conflicto con el poder político. Hay un rechazo hacia los periodistas que cumplen con su código ético y abrazos afectuosos para aquellos que pactan las entrevistas, no publican la información que pudiere comprometer al gobierno de turno y hacen de esta labor, un negocio.

El periodista amateur no existe. En esta profesión no hay aficionados, porque como dije al principio, es el compromiso de informar a través de la verdad. Por consecuencia exige trabajo, dedicación y seriedad.

Por primera vez, escucho que se clasifica al periodismo en profesionalizados o no profesionalizados. Según este concepto, habría dos categorías cerradas: la primera incluiría a los periodistas que trabajan en medios nacionales e internacionales, la segunda representaría a quienes pertenecen a medios locales.

Es interesante ver esta clasificación, porque los periodistas del interior son profesionales aunque no pertenezcan a las grandes empresas. Cuando digo profesionales, también incluyo a los que desarrollan esta tarea sin haber cursado ninguna carrera, pero que lo han hecho con dignidad y esmero.

Entre ambas categorías puede haber diferencias, en cuanto a la fama, a los premios, a las coberturas periodísticas (guerras, tomas de rehenes, manifestaciones multitudinarias, etc) y al salario, pero también hay situaciones de igualdad: la vocación por el periodismo y las situaciones de censura.

En los pueblos, a los periodistas a veces ni se los reconoce por sus nombres y son llamados “muchachos”, por quienes en el afán del menosprecio, se empeñan redefinirlos dentro de nuevas categorías.

Conocidos o no, aquí y allá, la prensa ejerce la misma función: operar como “Perros guardianes” de la sociedad. No hay diferencias en ese punto, sólo una misma meta: defender la libertad de expresión, parte indispensable de la democracia.

La definición de periodismo y en el sentido más amplio de la palabra, sólo puede ser dada por aquellos periodistas que brindaron su vida a este trabajo. Puedo mencionar a muchos, pero en esta ocasión cabe destacar las palabras del escritor y periodista polaco, Ryszard Kapuscinsky, fallecido en enero de este año. En su libro “Los cínicos no sirven para este oficio”, dijo: “Creo que para ejercer el periodismo hay que ser, ante todo, un buen hombre, o una buena mujer; buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona, se puede intentar comprender a los demás: sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. Y convertirse, inmediatamente, en parte de su destino. Es una cualidad que en psicología se denomina “empatía”. Mediante la empatía, se puede comprender el carácter del propio interlocutor y compartir de forma natural y sincera el destino de los problemas de los demás”.

“En ese sentido, el único modo correcto de hacer nuestro trabajo es desaparecer, olvidarnos de nuestra existencia. Existimos solamente como individuos que existen para los demás, que comparten con ellos sus problemas e intentan resolverlos, o al menos, describirlos”, definió el Maestro en su ensayo.

“El verdadero periodismo es intencional, a saber: aquel que se fija un objetivo y que intenta provocar algún tipo de cambio. No hay otro periodismo posible. Hablo, obviamente, del buen periodismo. Si leen los escritos de los mejores periodistas –las obras de Mark Twain, de Ernest Hemingway, de Gabriel García Márquez,- comprobarán que se trata siempre de periodismo intencional. Están luchando por algo. Narran para alcanzar, para obtener algo. Esto es muy importante en nuestra profesión”, valoró.

García Marquez lo llamó el “Maestro” y John Le Carré, “el enviado de Dios”. Kapuscinsky era polaco, hablaba siete idiomas, cubrió 17 revoluciones y estuvo cuatro veces ante un pelotón de fusilamiento. Autor de doce libros, escribió para The New York Times y fue nombrado Periodista del Siglo por la revista Press.

Por último, pensando en esta fecha, en la que se recuerda el Día del Periodista, quiero destacar los artículos sexto y décimo de la Declaración de Chapultepec, adoptada por la Conferencia hemisférica sobre Libertad de Expresión, celebrada en México (Distrito Federal, 11 de marzo de 1994). “Los medios de comunicación y los periodistas no deben ser objeto de discriminaciones o favores en razón de lo que escriban o digan. Ningún medio de comunicación o periodista debe ser sancionado por difundir la verdad o formular críticas o denuncias contra el poder público”.

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