La relación conflictiva entre el peronismo y el agro. Incomprensión histórica.

Opinión 17/03/2008 . Hora: 16:26 . Lecturas: 73
La relación conflictiva entre el peronismo y el agro. Incomprensión histórica.
La relación conflictiva entre el peronismo y el agro. Incomprensión histórica.
Aquí rescato una entrevista realizada por el diario Crítica de la Argentina (fecha 16/03/08) al economista e historiador Mario Rapoport, quien relata la relación histórica entre el peronismo y el campo.

Raport dice que el campo es "un sector que ha sido privilegiado" en estos últimos años y que además, "se queja a pesar de haberlo sido".

También hizo referencia a los pequeños productores. "Hay lágrimas de cocodrilo y protestas legítimas. Pero acá creo que hay mucha lágrima de cocodrilo. Salvo en el caso de los pequeños productores que no se benefician tanto. Pero no son los más importantes"(...)


-Nuestros lectores, ¿qué opinan?...


“El campo protesta como las privatizadas”


El economista e historiador afirma que el agro tiene una rentabilidad inédita. Defiende las retenciones como freno a la inflación.



El economista e historiador Mario Rapoport aseguró que el campo tiene una rentabilidad inédita y recordó que el sector no siempre se opuso a la aplicación de retenciones.El director del Instituto de Historia de la Facultad de Ciencias Económicas dijo que lo más parecido al actual contexto inflacionario y pelea con el campo fue el primer peronismo.


–¿En qué otros momentos fueron protagonistas los problemas con la carne, la inflación, riesgos de desabastecimiento y enfrentamiento con el campo?


El más emblemático sin duda fue el primer gobierno de Perón. Cuando Perón aprovechó los precios internacionales de los productos agrícolas para trasladar ese excedente a otros sectores, como el industrial, a través del IAPI. Eso creó mucho malestar en los sectores agrarios, especialmente en la Sociedad Rural, que era la más representativa. Después hubo choques diversos, siempre en función de políticas de retenciones. Aunque depende también de los gobiernos. Una retención intentada por Krieger Vasena, durante el gobierno de Onganía, era una cosa, y una retención puesta por el gobierno peronista era otra. No hay que verlo sólo en función de cómo se afecta al sector agropecuario, sino también en función de ideologías y de políticas a las que están vinculadas. El conjunto de intereses que tiene que ver con otras cosas. Por ejemplo, Martínez de Hoz durante la última dictadura militar también afectó al sector agropecuario. Y no se vieron manifestaciones como las actuales. También la convertibilidad lo afectó mucho. Pero se beneficiaban por otro lado. Y hoy el tema es bastante extraño, porque las tasas de rentabilidad del sector son muy altas. Pero habría que diferenciar, dentro del sector, los que están ganando mucho de los que ganan poco o no ganan.


–¿Las retenciones acompañaron siempre precios internacionales tan altos como ahora?


–Habría que hacer bien la comparación. Quizá después de la Segunda Guerra, en la década del 60 también hubo precios altos. Pero tan altos, no. Habría que hacer un ejercicio de comparación. No tiene que ver sólo con los precios. La convertibilidad aplicó una política de revaluación del peso que perjudicó las exportaciones agrícolas. No son sólo los precios. Tiene que ver con un conjunto de políticas. Sectores afectados o no afectados, intereses e ideologías que están en juego. Con estas retenciones hay sectores importantes que son afectados. Hay sectores que tienen ganancias extraordinarias.


–El Gobierno critica a la “oligarquía ganadera”. Pero el campo dice que ya no hay más oligarquía. ¿Es prematuro darla por terminada?


Oligarquía significaba un sector privilegiado de la sociedad, que vivía de la renta agraria y del campo. Algunos lo llamaban “el gobierno de las vacas”. Todavía existen sectores que son muy poderosos en la Argentina. Que una parte de este grupo está en el sector agrario, también es cierto. Y que muchos sectores del campo pertenecen a inversores extranjeros. Los términos en sí pueden ser exactos o no, pero es una palabra para designar a un sector privilegiado. Y en los últimos años, un sector que ha sido privilegiado. Se queja, a pesar de haberlo sido.


–¿Las reacciones del gobierno peronista eran tan confrontativas como ahora?


–Siempre hubo en los gobiernos peronistas una gran confrontación con el agro. Y del agro con el gobierno. Pero las protestas actuales me parecen exageradas en función de la rentabilidad que han tenido en los últimos años. Es como la protesta de las privatizadas después de la devaluación. La rentabilidad que tuvieron antes la pagamos todos los consumidores. Hay lágrimas de cocodrilo y protestas legítimas. Pero acá creo que hay mucha lágrima de cocodrilo. Salvo en el caso de los pequeños productores que no se benefician tanto. Pero no son los más importantes.


–¿Los contextos inflacionarios siempre tuvieron una secretaría de comercio fuerte?


Personalidades... hay que separar. Una cosa es una personalidad fuerte, y otra es el proceso inflacionario en sí. Éste es más importante. Y una de las causas para el aumento de los precios es justamente el aumento de los precios internacionales. Porque los precios internos se ajustan inmediatamente. Por eso las retenciones. Es justamente la manera de frenar esta inflación. Si no, el precio de ciertos productos se va a las nubes. En ese sentido, las retenciones son parte de una política antiinflacionaria. Después tiene que haber otros instrumentos.


–Sectores que reclaman un plan de shock antiinflacionario dicen que esas políticas nunca funcionaron.


–Un plan de shock antiinflacionario siempre tiene que ver con mantener aplanados los ingresos salariales. Lo que se utiliza es frenar el gasto público. Cuando hablan de plan antiinflacionario quieren decir liberar los precios de exportación, y mantener bajo el gasto público y los costos salariales. Es lo que proponen esos sectores. Liberar lo que les conviene y congelar lo que no les conviene. Es como la política proteccionista que tienen los países desarrollados. También hablan para afuera del libre comercio, pero en la OMC, los subsidios no los discuten. Son intereses. Hay que ver cómo se reparten los beneficios para la mayor parte de la población. Ése es el punto esencial. Los años de oro de la época agroexportadora dejaron mucho que desear. Y todavía hoy hay una gran deuda social que saldar.


–¿Cómo fue que terminó el gobierno peronista el conflicto con el campo?


En la segunda etapa del gobierno hubo una gran crisis entre 1949 y 1952, y hubo dos grandes sequías en el campo. Los precios internacionales comenzaron a ser desfavorables. El Plan Marshall en Europa les permitió a los estadounidenses colocar sus productos agropecuarios y perjudicó mucho a los productores argentinos. Eso los forzó a utilizar el IAPI en el sentido inverso: darles precios sostén a los productores aun cuando los precios internacionales fueran menores. El contexto mundial fue muy distinto a la primera etapa del peronismo.


–¿Cuál es la probabilidad hoy de que se revierta el ciclo alcista de precios agropecuarios?


–Mientras sigan entrando en el mercado mundial algunos millones de chinos es difícil que ocurra. Pero igual hay que tomar precauciones.


BIOGRAFÍA: Mario Rapoport es uno de los historiadores económicos más respetados del país. Integra el Instituto para el Modelo Argentino. Su libro Historia económica, política y social de la Argentina es un texto de referencia en las universidades en las que se estudia economía; Rapoport explica en este trabajo el círculo perverso que llevó al país a su situación de endeudamiento y parálisis. Fue uno de los ideólogos del Grupo Fénix, que allá por 2002, en un atestado Salón de Actos de la Facultad de Economía de la UBA, presentó un plan económico para salir de la crisis con equilibrio social. Esta propuesta, realizada junto con economistas como Aldo Ferrer, Marcelo Lascano, Héctor Valle, Mercedes Marcó del Pont, entre otros, buscó mostrar una alternativa a la convertibilidad.



-Nota publicada en Crítica de la Argentina, Sección Economía, por Agustín Álvarez

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