El Instituto María Susana celebró 62 años al servicio de la educación
En un sencillo pero emotivo acto, hoy por la mañana, la institución educativa reunió a docentes, directivas, ex alumnas y ex docentes para recordar un nuevo aniversario.
La conmemoración comenzó pasadas las 11 horas destacando la figura de la Hermana Bernabé a la que calificaron como el “soporte de la escuela”.
Luego, en medio de una charla amena, con anécdotas y recuerdos, hicieron un repaso de los momentos más importantes en la trayectoria de la institución.
Bernabé destacó la labor del Dr. Juanena, impulsor de la entidad educativa en sus orígenes. “Lo imagino feliz por ver coronada su obra”, porque quien deja una obra en esta Tierra, también deja la impronta de todo su ser”, señaló, al tiempo que recordó el gesto de la familia Torre al ceder el predio donde hoy funciona la institución.
“Esta es la obra de mucha gente que, con esfuerzo y dedicación, forjó durante años la vida del colegio”, expresó la religiosa.
Bety Brizzola, ex docente de la escuela, trajo a colación las palabras de Francisco, el nuevo Papa, quien exhortó a no olvidar a los niños y a los ancianos.
“Estamos reunidos, quienes hemos pasado por estas aulas, recordando a los benefactores, que le dieron tanto valor a la educación; en este momento tan especial que estamos viviendo los bonaerenses, con este conflicto. Me parece que desde aquí deberíamos elevar una plegaria para que todo se resuelva, por la dignidad de los docentes.
Podemos perfeccionarnos mediante cursos de capacitación, pero no pasa sólo por ahí. Tenemos necesidades, como toda la sociedad y la educación es importantísima. Muchos han luchado por ella, considerándola un pilar fundamental de la sociedad”, consideró Brizzola.
Citando a la hermana del Papa Francisco, los presentes reflexionaron sobre la posibilidad de cambiar las cosas, pero sabiendo que también “es importante que cambiemos nosotros”.
Obsequios
Por último, la Hermana Bernabé recibió obsequios a manera de reconocimiento por su labor en el colegio, la que viene desarrollando desde 1956.
Uno de los presentes fue elaborado por Jorge Cayssials, esposo de María Oresti, ex docente del Instituto. La artesanía esta confeccionada con maderas que Jorge halló a orillas de la laguna, probablemente de caldén y quebracho, materiales pertenecientes a los primeros postes de alambrado. El trabajo consistió en un paciente pulido hasta dejar la superficie en condiciones, sobre la cual se asienta la Cruz de San Damián. El brillo que se observa en la madera no fue producto de una tarea del artesano, sino que, según dijeron, es natural de este tipo de materia prima.
Al finalizar el acto, las asistentes compartieron un lunch y celebraron con un brindis.
