Incendios: Prevenir antes que curar

PUAN 09/04/2014 . Hora: 14:52 . Lecturas: 0

(Por Carlos Malvicini) La gran cantidad de incendios registrados desde fines de diciembre a esta parte en todo el territorio de la Provincia de Buenos Aires, algunos de los cuales alcanzaron tal magnitud que no se recuerdan antecedentes similares, fueron producto de la combinación de diferentes factores, muchos de ellos prevenibles. Es cierto que la sequía generó una gran masa de material combustible a lo que se asociaron jornadas tórridas, con viento y fuertes tormentas eléctricas con rayos que en muchos casos fueron los encargados de iniciar otros tantos focos ígneos. Por su parte el hombre contribuyó directa e indirectamente, siendo quizás mediante su inacción, previa a los siniestros, tanto a nivel gubernamental como particular, su mayor responsabilidad en esta materia. Corresponde al estado mantener las banquinas de las rutas, pero aún hoy luego de tanto desastre basta tomar cualquier camino para ver el estado en que se encuentran muchas de ellas. Según la Ley Nacional de Tránsito Nº 24449, banquina es la zona de la vía contigua a una calzada pavimentada de un ancho de hasta tres metros, si no está delimitada, pero ¿que hay de los espacios, más allá de este límite, que llegan hasta los alambrados?, zonas donde el cúmulo y porte de las malezas suele ser tal que constituye uno de los principales lugares de inicio y propagación de fuego. La pasividad se da también de parte de los propietarios de campos o eventuales usufructuarios, quienes a pesar de las recomendaciones que en este sentido se vienen haciendo desde los cuarteles de bomberos han dejado, por cuestiones productivas y/o económicas, de realizar una práctica que era común no hace tanto: el corta fuego (franja sin vegetación situada en el perímetro de inmuebles rurales para evitar que se propaguen los incendios) que se realizaba con una o dos pasadas de rastra de discos o similar. Ante ello y teniendo en cuenta las declaraciones hechas por el Director Ejecutivo de la Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (Arba) en cuanto a que se posee la tecnología para georreferenciar las partidas afectadas por incendios, quizás sea posible emplear esa capacidad para fomentar entre los productores rurales la realización de este sencillo sistema de prevención mediante un incentivo en el Impuesto Inmobiliario Rural -eximición o crédito fiscal- en un porcentaje de cada parcela. Esta iniciativa también sería factible de aplicación por parte de los municipios, los que la podrían hacer efectiva en la Tasa por Conservación, Reparación y Mejorado de la Red Vial Municipal, el mal llamado impuesto a los caminos. En cuanto a las franjas de terreno aledañas a las rutas, la Ley 10342 y sus modificatorias autorizan a los municipios a otorgar permisos de uso, mediante concurso o licitación, para que sean cultivadas y si bien en estos momentos hay quien propone modificar el destino del dinero recaudado por dicho concepto, sería bueno saber ¿cuánto recauda cada municipio por esto? Quizás sería oportuno analizar un cambio en la legislación impulsando y permitiendo el laboreo de esa tierra con cultivos contra estación por parte de cada productor frentista, algo que de hecho se realiza en la práctica. En cuanto al ferrocarril, otro gran iniciador de incendios en esta época, se le podría exigir que cuenten con operarios que den la alarma o bien incluyan en las formaciones un vehículo con capacidad y personal capacitado para apagar los focos que a su paso se generan. Combatir este flagelo ha costado seguramente una fortuna. ¿A cuánto asciende el costo de las horas/hombre por el trabajo realizado y el dejado de hacer en sus habituales oficios y empleos? ¿Cuál es el gasto de combustible de autobombas y aviones hidrantes utilizados en estas tareas? ¿En cuanto se valúan los daños producidos en alambrados, montes, viviendas, sembrados y otras instalaciones y mejoras? En las zonas más afectadas esto ha significado una verdadera sangría a los recursos de los bomberos voluntarios que se sostienen con algún que otro subsidio gubernamental, lo que se recauda en cada jurisdicción por la Tasa de Defensa Civil o similar y el aporte comunitario mediante rifas, bonos y otro tipo de contribuciones. Estos incendios, que se sepa -al menos los cercanos a Puan- no se cobraron ninguna vida humana como hubo que lamentar en el triste caso de Barracas, pero que nada de ello sea una excusa para no valorar que todo lo que se haga y gaste en prevención, a la larga siempre resultará más barato.

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