Partido Obrero: "Ni aumento real de salario municipal, ni respuesta a las demandas de los vecinos"

(*) En el inicio de su discurso, en el acto de apertura de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, Castelli se ufanó de la recomposición que tendrá el “salario básico de los empleados municipales”. Señalando que para cuando termine su mandato, iniciado en diciembre de 2011, habrán aumentado 300% si se toma en cuenta todo el período de su gobierno que finaliza este año. “Ningún índice inflacionario alcanza el esfuerzo que hemos hecho”, remató. En primer lugar no se puede pasar por alto el hecho de que al asumir como intendente los básicos eran extremadamente bajos, al punto de provocar la reacción de los jubilados municipales, quienes iniciaron una enérgica lucha para enfrentar esta situación que afecta sus ingresos. Segundo, el anuncio que pretende valerse de la confusión entre salario básico y salario en general, no dice nada de lo que finalmente también importa. ¿Cuál fue el aumento de bolsillo? El aumento de 32% al básico, como parte del acuerdo salarial para este año, cae abruptamente al 20% en relación al salario de bolsillo plagado de sumas “en negro”. Dejando el aumento real muy por debajo de los pronósticos inflacionarios. Incluso es peor ni bien se consideran categorías más altas. De esta forma, que repite lo de años anteriores, el “esfuerzo” del 300% en cuatro años, dejará por detrás de la inflación al salario que el trabajador municipal cobra efectivamente a fin de mes. Si se analiza desde el Presupuesto Municipal la conclusión es la misma. Año a año, el presupuesto que corrió detrás de la inflación, destinó invariablemente el 50% de su monto total para el pago del salario bruto anual del conjunto de los trabajadores municipales del distrito. O sea nunca estuvo previsto un aumento real del salario. Por el contrario, empuja a la baja por el aumento de la planta funcional en estos cuatro años, además de poner un freno a las recategorizaciones que permitirían un incremento salarial por esa vía. Por otro lado tampoco se invierte el 50% estipulado en el presupuesto, un porcentaje de por si ya escaso considerando que la función esencial del gobierno municipal es brindar servicios, para lo que debe contar especialmente con personal. Además el presupuesto incorpora gastos para cubrir servicios técnicos y profesionales y de mantenimiento y limpieza, lo que muestra un vaciamiento de la capacidad de hacer obra (o realizar tareas) de la planta municipal que desemboca en un gasto irracional. Un presupuesto a todas luces escaso - para el que reclamos un aumento acorde a la urgencia de dar respuesta a las graves falencias en los servicios públicos, al derrumbe de la infraestructura urbana, al reclamo de vivienda popular, al mejoramiento en la infraestructura y la atención de salud pública- tendría, de otra manera, la posibilidad de enfrentar las condiciones de precariedad en que desarrollan su actividad los trabajadores bajo la órbita del gobierno municipal y al mismo tiempo, con la intervención directa de trabajadores y vecinos, desarrollar un plan que priorice y ataque estas falencias, cuya solución repercutirían en todos los aspectos de la calidad de vida de los habitantes del distrito. El vecinalismo y el kirchnerismo han gobernado en común acuerdo, compartiendo la orientación de sus políticas durante más de una década. Ahora ante una nueva crisis coinciden en la misma salida, unos con Macri otros con Scioli, dos candidatos de la derecha, herederos de Menen y enemigos de los trabajadores. Desde el Partido Obrero y el Frente de Izquierda llamamos a todos lo trabajadores del distrito a desarrollar, junto al resto de los trabajadores de la provincia y el país, una alternativa propia a nuestros intereses, que la crisis que cada diez años los sucesivos gobiernos cargaron sobre los hombros de los trabajadores, la paguen los que se beneficiaron con ella: los capitalistas que exprimen las arcas del Estado, recursos que son producto de la confiscación de nuestro salario y de la precarización de la calidad de vida de las mayorías.

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Que  la crisis la paguen los que se beneficiaron con ella

           El freno a la exportación de trigo, producto de las restricciones impuestas por el Estado (ROE), derivó en una sobreoferta del cereal en el mercado interno, impulsando a la baja el precio que cobran los productores, muy por debajo del precio internacional. Como consecuencia se  han puesto en riesgo su rentabilidad, especialmente en zonas como la nuestra donde  los rindes por hectárea son bajos. Al mismo tiempo, como producto del proceso inflacionario, la inmensa mayoría de los consumidores pagan por los derivados del trigo precios por encima de lo que han aumentado sus ingresos. Hoy un trabajador compra  con su salario menos kilos de pan que en 2001(Clarín-17/11/14). Estos productos forman parte central de la canasta básica alimentaria, a la que se destina casi la totalidad  del ingreso la mayoría  de los trabajadores. Ni hablar de un jubilado. Se trata de una brutal transferencia de recursos hacia la industria molinera y los exportadores. Los primeros han obtenido una renta que ostenta récords históricos al pagar por el trigo menos de la mitad de su valor o a precio subsidiado (La Nación 07/01/12). Los últimos valiéndose de la abismal diferencias entre el  mercado interno y externo impuesta por los ROEs,  a lo que hay que sumar la falta de control  en la facturación  que posibilita la evasión impositiva (Página 12 – 10/11/13). Tomada de conjunto esta transferencia de recursos, favorecida por el Estado,  supera el monto que el mismo Estado recauda por retenciones a la  exportación de trigo. Pero es entre los trabajadores donde el Estado realiza la mayor retención. Solamente  “el 21%  del IVA y el impuesto a los ingresos brutos que aplican las provincias (que) serruchan casi un tercio los salarios; representa nada menos que el 26% de los ingresos de Tesorería” (Altamira, Clarín 8/5/15). Un trabajador pierde más del 50 % de su  salario entre contribuciones a la seguridad social, el IVA , otros impuestos al consumo y a la vivienda única. Sin contar el impuesto directo al salario. Por otro lado,  la precarización del nivel de vida de las mayorías como consecuencia  del derrumbe de la infraestructura urbana, de la salud y la educación; la falta de obras y servicios públicos, de planes de vivienda popular y el profundo deterioro de las  rutas, son producto de la falta de inversión por parte del Estado en todos sus niveles. Los partidos tradicionales que gobernaron en las últimas décadas han batido el  récord llevándonos a una crisis cada diez años. Se ha llegado a ellas como consecuencia  de poner los recursos del Estado y las políticas de gobierno al servicio del gran capital nativo y foráneo.  Se ha salido de ellas  a  costa de la carestía en las condiciones  vida de las mayorías populares. El Partido Obrero y el Frente de izquierda construyen una alternativa política de los trabajadores, contra el trabajo precario, los bajos salarios, las jubilaciones de miseria y la precarización de sus condiciones de vida. Los pequeños y medianos productores agropecuarios y comerciantes  de nuestra zona deben acompañar esta alternativa, como única salida contra la expropiación que el gran capital realiza sobre el resto de las clases sociales y sectores de la economía, a través o con la complicidad del Estado. Que la crisis la paguen los capitalistas que se beneficiaron con ella.