Técnica N° 1: una escuela en franco crecimiento

Cultura 27/12/2018 . Hora: 11:09 . Lecturas: 4
[caption id="attachment_74580" align="alignleft" width="300"] Prof. Clara Di Frangia. (Foto gentileza Jairo Álvarez)[/caption]

La institución cuenta con varios proyectos en carpeta, entre los que figuran adecuaciones y ampliaciones edilicias para cubrir la demanda generada por el crecimiento de la matrícula, y la posibilidad de incorporar una nueva orientación a su oferta educativa: Maestro Mayor de Obras, dentro del llamado Circuito de Aceleración de Trayectorias Tecnológicas, propuesta que reemplaza al desaparecido Bachillerato de Adultos.

La Profesora Clara Di Frangia que en 2015 asumió la vicedirección, desde Marzo pasado se encuentra a cargo del rol directivo. “El balance es muy positivo, si bien ha sido un año complejo, en lo relacionado a cuestiones de organización. A eso se sumó la ausencia de docentes, lo que implicó una profunda carga emocional y la consecuente necesidad de cubrir los espacios que fueron dejando Secretaría de Asuntos Docentes aceleró todo lo posible el proceso de nombramientos, a fin de que los chicos estén sin clase el menor tiempo posible. Desde hace cuatro o cinco años, la matricula de la escuela crece de manera sostenida. En 2015 contábamos con 118 alumnos y este año fueron 172, teniendo en cuenta todos los niveles y modalidades.

-¿Cuántos ingresantes a 1° año proyectan para el 2019? Hay un número importante y sabemos que con ello se nos plantean nuevos desafíos relacionados a la cuestión del espacio físico disponible de la escuela.

-¿Ya se está trabajando en la parte edilicia? Sí, a principios de año se completaron los trámites para transferir la propiedad del terreno lindante a la escuela, en su origen a nombre de la Asociación Amigos de la Escuela Técnica. Ahora, pasó a ser propiedad de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires. Una vez obtenida la escritura, ese organismo estará en condiciones de invertir para concretar la ampliación. Mientras tanto, se destinó espacio del Taller para construir un aula y una preceptoría, dependencias que se suman al aula que ya se había construido durante la gestión del anterior Director, José Caprotti. Si bien la idea es solucionar la carencia de espacio, también debemos enfrentar la reducción del espacio operativo del Taller. Tratamos de hacer espacio para trabajar de manera segura con las herramientas y las máquinas. Esto, sumado al volumen de alumnos ingresantes a partir del ciclo lectivo 2019, implica optimizar los recursos existentes. En conjunto con el Consejo Escolar, se está diseñando una ampliación del Taller hacia el sector ocupado por el terreno

-Años atrás se producía un cuello de botella en la matrícula, cuando llegaban a 3°, y la cantidad que pasaba al ciclo superior, experimentaba una merma. ¿Hoy se ha revertido esa tendencia? Este año fueron diez los egresados de las promociones de 7° año, sumadas las especializaciones de Electromecánica e Informática. Desde hace un tiempo, ya no se van de la escuela en 3° año y se han empezado a poblar los grupos del nivel superior. Solíamos tener grupos de 10 u 11, hoy tenemos un 5° con 20 alumnos y un 6° con 17. En cuanto al futuro 4°, recibe estudiantes de un 3° con 29 alumnos. A eso se suma que vienen de otras escuelas y siguen agregándose durante todo el ciclo básico.

-¿Institucionalmente, han hecho algún análisis o proyección que explique este crecimiento? No terminamos de entenderlo muy bien. Es un conjunto de cosas que están sucediendo en la comunidad. Va más allá del atractivo que pueda generar la oferta educativa técnica, tiene que ver con que los aprendizajes siempre están relacionados a lo práctico. Los alumnos tienen una apertura hacia la comunidad y sus instituciones de manera permanente, tal es el caso de las Prácticas Profesionalizantes. Este año, 7° de Informática desarrolló un sistema para la Cooperativa Agrícola Ganadera de Puan, destinado a relevar el presentismo de su personal, licencias médicas y vacaciones. En el caso de Electromecánica, diseñaron un proyecto para reacomodar los desagües pluviales de la Planta de Alimentos Balanceados Lihuel, que a nivel de las vías del tren sufre anegamiento. Ese tipo de saberes que circulan en la educación técnica hace que los alumnos encuentren mayor entusiasmo y compromiso, porque le ven una finalidad práctica a sus aprendizajes, saben que lo que aprenden tiene un objetivo y una utilidad concreta.

-En este momento la escuela tiene dos especializaciones: Electromecánica e Informática ¿A futuro planean agregar una tercera? Estamos analizándolo. Este año, en lugar del Bachillerato Nocturno para Adultos que ya no funciona como tal, se abrió una nueva propuesta: el Circuito de Aceleración de Trayectorias Tecnológicas (CATT). Está planteado como un bachillerato juvenil, destinado a chicos de entre 15 y 17 años, que tengan repitencias durante su trayectoria académica en el nivel secundario. El alumno acelera su ciclo básico, para reinsertarse en una trayectoria vespertina nocturna, que comprendería una Tecnicatura, probablemente Maestro Mayor de Obras. Eso está sujeto a consulta. Se hizo una encuesta en la muestra anual de la escuela. La gente visualizó esa especialidad como una necesidad De hecho, la población estudiantil que tenemos en 1° año del CATT, está relacionada a oficios como la albañilería o la construcción en general. La futura Tecnicatura Vespertina Nocturna de Maestro Mayor de Obras, tendría una extensión de 4 años y comenzaría en el 2020.

-¿Cómo evalúa el resultado de la Muestra Anual de la escuela realizada el 15 de noviembre pasado? Fue algo totalmente inesperado, porque estuvimos con algunas dudas de si hacerla o no, por el esfuerzo que implicaba. Cuando vimos que había un montón de proyectos para mostrar, incluso algunos de mucho valor y significación para la comunidad, decidimos hacerla. Así, aparecieron más de 20 proyectos de todos los niveles, tanto de las Tecnicaturas en Informática y Electromecánica, como del ciclo básico. En verdad, nunca imaginamos el nivel de afluencia de público. Pasados unos días, comentábamos sorprendidos algunos detalles llamativos, por ejemplo la cantidad de familias interesadas en ver cómo se trabaja en Taller. No había lugar para estacionar en las inmediaciones, la gente llegaba a estacionar hasta a dos cuadras de la escuela. Gratamente, eso refleja que la escuela tiene una inserción social en la comunidad, que los aprendizajes son significativos, útiles y prácticos. La localidad de Puan está respondiendo a esta oferta educativa, nos están acompañando con su presencia y con el número de alumnos que asisten.

-La escuela posee una Residencia Estudiantil que facilita el acceso a la escuela de alumnos provenientes de localidades vecinas. Allí encuentran un lugar donde permanecer en la semana de estudio, con la debida contención. La Escuela Técnica de Puan es la única oferta educativa en su tipo en el distrito. Hay chicos de localidades alejadas que elijen nuestra formación, pudiendo permanecer en la institución de lunes a viernes. Viven acá, en una residencia donde desayunan, almuerzan, meriendan y cenan con un menú variado, especialmente pensando para las necesidades nutricionales de la edad. Además, se les ofrece apoyo pedagógico al momento de resolver las propuestas desde cada materia. Los alumnos están siempre acompañados por personal idóneo. Hay chicos de zonas rurales como Erize o localidades como Bordenave o Carhué, que de este modo tienen la posibilidad de completar su trayectoria educativa.

-¿Cuántos alumnos alberga la Residencia? Este año fueron 17. Entre el 2015 y el 2016, experimentamos un crecimiento muy importante en el número de residentes, con cerca de 30. Si bien organizar las dependencias no fue un problema, no resultaba suficiente el espacio porque los chicos no tenían el lugar necesario para estudiar y desarrollar sus tareas cómodamente. La convivencia se volvió compleja. Por eso, desde 2017, con el anterior Director, pusimos un cupo de 20 alumnos que actualmente sostenemos. Para el 2019, uno de los chicos egresa y a la fecha tenemos reservados dos lugares, con lo cual mantendríamos una matrícula similar.

-El servicio de la Residencia también es importante para el alumno que, si bien es de Puan, al mediodía está solo en su casa por razones laborales de la familia, por ejemplo, y acá se le puede brindar el almuerzo. Hay chicos domiciliados en zona de quintas, y no les da el tiempo. Recordemos que los estudiantes se retiran a las 11:20 horas en el turno mañana y regresan a las 13:10 horas para cursar a la tarde. Entonces, desde la Residencia se les ofrece la posibilidad de aprovechar el comedor. Este año reunimos un total de 26 alumnos en la hora del almuerzo. La intención de la escuela es facilitar la organización de las familias.

-Usted tuvo la oportunidad durante muchos años de estar al frente de alumnos como docente, y tener una determinada visión del rol directivo. ¿Ahora que está en un lugar de conducción qué reflexión podría hacer? Siempre me pasa que sigo añorando el aula. Mi vocación por enseñar es fuerte y definida. En este nuevo rol, tan diferente, me parece que extraño el aula. Digo siempre que, cuando me vaya de la Dirección, no sé si dentro de mucho o poco tiempo, porque ésta es una tarea muy absorbente y desgastante, quiero terminar mi carrera, nuevamente enseñando Literatura, un trabajo que me apasiona. Mi pasión es ver cómo en el aula un alumno va construyendo sus conocimientos y aprendiendo. La Dirección, en su momento, fue un desafío profesional, sentí que debía devolverle a la comunidad de Puan, mi comunidad por adopción, todo lo que el Estado me dio para formarme. Concurrí a una universidad pública y gratuita que me dio la posibilidad de ser quien soy profesionalmente, y sentí que tenía la obligación de devolver a mi comunidad el compromiso que tengo con la educación. Seguramente, hay cosas que me salen bien y otras que no. pero estoy entregada totalmente a este rol y trato de hacerlo con responsabilidad, con seriedad y lo mejor que sé. Tengo un enorme camino para recorrer y un montón de cosas para aprender, pero mi entrega por la Escuela Técnica es absoluta.

“Es mi deseo –sostuvo la Directora-- mencionar el rol fundamental de los alumnos, porque nos contagian con su alegría y su juventud, son amables, se sienten parte de la institución. El alumno de Escuela Técnica tiene ese rasgo, se maneja de manera autónoma en la escuela, sabe cómo estar y permanecer. Eso pasa porque, al permanecer en la institución en doble turno, pasa muchas horas del día con nosotros. Entonces hace propia a su escuela, la cuida, tienen un elevado sentido de pertenencia, eso nos distingue de otras instituciones educativas, y nos causa asombro y orgullo. Hay poco índice de ausentismo y algo curioso para contar es que, por ejemplo, 20 minutos antes de ingresar a clase, la vereda ya está llena de chicos, porque aquí también tienen un lugar de encuentro con amigos y compañeros, eso nos da la pauta que sienten suya a la escuela, la han naturalizado como un espacio propio”. Por último, Clara Di Frangia agradeció a todo el equipo docente, auxiliar y personal administrativo que la acompaña cotidianamente. “Quiero transmitirles mi agradecimiento. La escuela no es el Director. Él cumple un rol organizativo en la institución, quien conduce la escuela es el grupo de trabajo conformado por todos los trabajadores, cada uno con su nivel de responsabilidad. Sin todo ese equipo, la escuela no sería posible. Estoy más que agradecida hacia mis compañeros.