Opinión

Opinión 15/08/2008 . Hora: 21:01 . Lecturas: 0

Por estos días en Puan están pasando muchas cosas y no sé por donde empezar. Creo ciertamente que el tema de la semana han sido los Talleres Protegidos de Producción y no por su esencia, sino por las intenciones de personas ajenas a ellos.

Si algún extranjero lee estas líneas, podrá preguntarse… ¿de qué están hablando? Entonces, les cuento, que los Talleres Protegidos de Producción en la Argentina son instituciones dedicadas a la digna inserción laboral de las personas con capacidades diferentes y que además, están sustentados por la elaboración personal de productos.

La creación de estos Talleres revaloriza el trabajo que pueda hacer una persona. Proporciona dignidad y fortalecimiento ante la elaboración paciente y amorosa del futuro. La inserción a través del trabajo colectivo produce reconocimiento dentro una comunidad. En este sentido, creo que no hay lugar al clientelismo ni a la propagandística de un partido político gobernante en dichas instituciones.

La sensibilidad social no está dada por un sistema captador de voluntades. No existe dentro de la conciencia comunitaria de nuestros pueblos la aceptación de la manipulación a límites impensados. Obreros, comerciantes, propietarios o profesionales en general rechazan toda intención maligna y aun más, la intención absolutista de un Estado.

Los presidentes de instituciones de tan alta magnitud social que quieran adecuarse a dádivas estatales, suponen el no entendimiento del proyecto sustancial de los talleres protegidos: la inserción laboral y la integración social a través del trabajo genuino.

A todos mis lectores les dedico estas líneas conmovida por las últimas noticias de la semana. El Municipio publicará un periódico sustentado con fondos estatales y con una supuesta promoción en pos de la inserción social de las personas con capacidades diferentes. Vaya, que mega proyecto. Estamos incluidos todos, incluso el intendente. Todos tenemos capacidades diferentes.

Me atrevo a escribir estas líneas porque fui coordinadora durante 18 meses del Taller Protegido de Producción Incahuén de Villa Iris. Y por ello, no puedo comprender que un poder Ejecutivo quiera hacer publicidad de sus actos de gobierno a través de los talleres protegidos. Señores gobernantes, ustedes tienen todo el presupuesto estatal a disposición para publicar boletines municipales en forma gratuita y además, la potestad para ayudar a instituciones tan nobles como los talleres protegidos de producción.

No es comprensible utilizar dinero para pregonar políticas estatales cuando debiera ser otorgado a dichas instituciones con el fin de enriquecer su labor humanitaria y desinteresada.

Los operarios que integran los talleres protegidos son personas con total humanidad y afecto. Cada producto realizado en los talleres protegidos se elabora con las manos suaves e incorruptibles de sus trabajadores. La inserción es construida con la honestidad del trabajo y además, con las actividades recreativas organizadas por los coordinadores. No hay necesidad de vender publicaciones estatales. Ninguna necesidad señores gobernantes. ¿Cuántos de ustedes han compartido momentos con ellos? ¿Cuántas horas?Vamos…díganme… qué han hecho en forma directa con ellos…

Casi nunca hablo de mí… pero después de ver y oír todo lo que oí… Y bien, tenía que escribir sobre un tema que me toca de cerca.

No puedo entender que nadie pida los 2000 pesos –que serían invertidos en el periódico a color-- para enriquecer la producción natural y tácita de cada institución.

En la última sesión del “Honorable” Concejo Deliberante de Puan se aprobó por mayoría la publicación de este periódico municipal que tendrá como vendedores a los operarios de los tres Talleres Protegidos de Producción del distrito. Sin embargo, de los 12 ediles, dos concejales votaron por el No.

A todos, les digo, que la historia de nuestro pago chico los juzgue.

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