La Oxitocina, una hormona que cura diferentes afecciones psiquiátricas

PUAN 20/10/2011 . Hora: 08:09 . Lecturas: 3

La oxitocina intranasal reduce los síntomas psicóticos y mejora la teoría de la mente y la percepción social en la esquizofrenia. La oxitocina tiene numerosos efectos prosociales y vinculados a los antipsicóticos en los animales. Los efectos prosociales de la administración de oxitocina intranasal aguda también se han reportado en los humanos. Se realizó un ensayo aleatorio, controlado con placebo que prueba los efectos del tratamiento de la oxitocina intranasal dos veces al día durante 14 días en los síntomas psicóticos y la cognición social en pacientes con esquizofrenia. Las puntuaciones de PANSS se redujeron significativamente y varias medidas de cognición social mejoraron de forma significativa o casi significativa en los beneficiarios de oxitocina (N = 11), pero no con el placebo (N = 9). El informe publicado www.sciencedirect.com sugiere que, además de reducir los síntomas psicóticos clásicos, la oxitocina puede disminuir algunos déficits de la cognición social que no mejoraron con los medicamentos antipsicóticos actuales.

La oxitocina en nuestro organismo Hasta no hace mucho tiempo la oxitocina, era el neuropéptido conocido como la hormona del embarazo, encargada de proteger el parto, de la estimulación de las glándulas mamarias para la producción de leche y de favorecer la relación madre e hijo. Recientemente se ha descubierto que además esta hormona tiene una función en la conducta social, favoreciendo la confianza mutua y disminuyendo el estrés social e inclusive se sabe que su nivel de concentración aumenta durante el orgasmo. Por estas razones los estudios sobre la oxitocina se han extendido hacia el área de los tratamientos para la depresión, la fobia social y el autismo; porque por ejemplo, el simple contacto, como una mano cálida, hace que se inunde el cerebro con una potente dosis de oxitocina. Las investigaciones que está realizando el equipo del director de estudio Christian Ulkelbach en la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia, demuestran los efectos cognitivos de la oxitocina. Anteriormente, Adam Guastella, del mismo equipo de estudios, ya había demostrado que los efectos de la oxitocina permiten recordar más, una cara amable que otra triste o inexpresiva. La oxitocina parece ser la hormona de la felicidad, de la entrega y de la generosidad; que une a padres e hijos y que favorece las relaciones amistosas y hace que los amantes no se separen. En el ámbito de la neurociencia el estudio de la oxitocina es uno de los temas de mayor interés, ya que actualmente existen en el mundo más de 25 grupos de investigadores dedicados a esta molécula, principalmente para su eventual aplicación en personas que sufren trastornos psíquicos relacionados con la pérdida de la habilidad para relacionarse socialmente. La oxitocina, que se utiliza para acelerar el proceso del parto y estimula la secreción de leche; fue descubierta por el farmacólogo británico Henry Dale (1875-1968) quien comprobó que esa substancia del cerebro provocaba contracciones del útero en las gatas preñadas. Henry Dale y Otto Loewi (1873-1961) fueron los que descubrieron los neurotransmisores químicos que denominaron oxitocina que en griego significa parto rápido. Hace ya bastante tiempo que los científicos relacionan esta hormona con el erotismo, con el contacto amoroso y con la relación sexual en general, principalmente el aumento de oxitocina que se produce durante el orgasmo. En la década de los años setenta del siglo pasado, se demostró que la oxitocina también cumple funciones de neurotrasmiror y que actúa principalmente en el sistema límbico. Veinte años más tarde, a través de un experimento realizado con distintas especies de ratones que diferían en su comportamiento sexual, se conocieron más funciones de la oxitocina. Los resultados de estas experiencias mostraron que las especies que presentan mayores niveles de oxitocina son las que tienen una conducta sexual estable, manteniendo una relación prolongada con la misma pareja, para poder así cuidar mejor a sus crías. Las que registraban menores índices de oxitocina cambiaban con mayor frecuencia de pareja y los machos se ocupaban poco o nada de sus crías. Por otro lado se comprobó que si se bloquea la producción de oxitocina en ratas hembras, éstas dejan de amamantar a sus crías y pierden la capacidad de reconocer a sus congéneres.

Fuente: Mente y Cerebro, Investigación y Ciencia, No.44/2010, “Oxitocina”, Klaus Wilhelm.