Incendios: Nadie se hace cargo...

Opinión 22/01/2017 . Hora: 17:22 . Lecturas: 0

0011176395(Por Alejandro Morici) Los incendios en las provincias de La Pampa, Rio Negro y Buenos Aires no fueron fruto de la mala suerte o la casualidad, sino de una suma de responsabilidades y prevenciones que nunca se hicieron y arrojaron como resultado la pérdida total de más de 1.500.000 de Bosque nativo y Pastizales naturales.

La ecoregión donde se desarrollaron los incendios son las denominadas Estepas arbustivas con el ecotono del Caldenal, expresión sur del Espinal que rodea la región pampeana. Esta tiene un alto valor biológico y de conservación; no solo por las especies que lo forman, sino por el riesgo que se encuentran muchas de ellas. Así como los cada vez más escasos Algarrobos negros acompañan al señor de La Pampa, el Caldén, otras especies de árboles, arbustos, leguminosas y “pastos” nativos son exclusivos de esta región. Junto a estas una variadísima fauna formada por especies amenazadas como el Puma, el Ñandú, el Cardenal amarillo, la Loica pampeana, el Pichiciego menor, el Águila Coronada, la Tortuga terrestre patagónica y otras tantas especies de una fauna adaptada a estas región con poca agua y grandes extensiones de diferentes ambientes.

Ahora bien en los últimos dos años la zona vio aumentado su caudal de precipitación a casi el doble de lo normal (entre 400 y 600 mm). Esto produjo en invierno principalmente el anegamiento de muchos bajos pero también una acumulación de humedad que favoreció el crecimiento del castigado pastizal pampeano a sus niveles poco frecuentes para estas épocas: donde los pastos tapaban las panzas del ganado. Esto hizo que muchos propietarios de campos dejen sus animales en cuadros que antes rotaban por la escasez de alimento. Otros en cambio no realizaron los cortafuegos “obligatorios” en los límites de sus campos como así tampoco los internos en zona de monte adentro, dejando los campos en un estado total de abandono en lo que a mantenimiento de picadas y cortafuegos se refiere. Estos se llenaron de material combustible en un alto porcentaje; tapando alambrados, tranqueras e incluso invadiendo las zonas de monte “tipo parque” donde a simple vista el arbustal superaba los dos metros de altura.

A finales de la primavera los meteorólogos de varias instituciones “avisaron “que el verano iba a ser seco y con pocas lluvias para esta zona. Como queda en evidencia nadie lo tomo como una advertencia a una posible catástrofe y todo siguió desarrollándose como si nadie hubiera dicho algo. La palabra de los meteorólogos se cumplió a rajatabla, entramos al verano con altas temperaturas y días muy ventosos donde los cultivos estivales maduraron en tipo record. Lo que también maduró y se secó fue el pastizal y arbustal nativo como sucede todo los veranos pero con una salvedad, esta vez su masa era más del doble de lo normal. Ante la primera tormenta de verano con sus típicas “lluvia de rayos” el fuego no tardó en aparecer. Y así lo hizo y en varios puntos allá por el 22 de diciembre y no paro hasta el 15 de enero.

Mucho es lo que lucharon Bomberos, voluntarios, vialidad, Defensa civil codo a codo para tratar de pararlo pero fue imposible. Con llamas que superaban los 3 metros y vientos cambiantes de más de 50 kilómetros por hora las llamas arrasaron con todo. Para cunado el Gobierno Nacional llego la catástrofe no solo era imparable, sino que el daño más grande ya había pasado.

Todos se tiran la pelota, uno a otro y ninguno se hace cargo de la parte que les tocaba y le toca hoy. Con la mayoría de funcionarios de todos los niveles de vacaciones, ninguno se iba a molestar a solucionar el problema. Por otro lado muchos productores vieron el beneficio de la “limpieza” que hizo el fuego en sus campos y ahora podrán echar mas vacas dentro de un tiempo. El estado por otro lado está repartiendo pasto y dinero para los productores que perdieron más que unas vaquitas.

Una de las zonas menos estudiadas y relevadas del país está hoy transformada en un desierto de cenizas con pedazos de cadáveres calcinados bajo un sol de fuego y una noche eterna. Nada sabemos, ni sabremos de como quedaron las poblaciones de nuestra flora y fauna. El estado junto a las mas importantes ONG´s conservacionistas del país dicen que el área se recuperara sola. Pero solamente los que conocemos bien la región sabemos que para muchas poblaciones este fue un golpe que quizás nunca se recuperen. La zona no da votos, socios, ni grandes volúmenes de dinero, para que preocuparse, mejor seguir mostrando playas llena de turistas, buscar una especie emblemática o pensar quien se va a postular para este año.

-El autor de la nota de opinión es Docente, Investigador y Naturalista-