De producir en San Germán pasó a revolucionar la agricultura patagónica

Entrevistas 25/09/2020 . Hora: 16:06 . Lecturas: 25

Magalí Gutiérrez es Ingeniera Agrónoma egresada de la UNS y trabaja para Aapresid como gerente técnica de desarrollo en el norte rionegrino. La profesional dialogó con TLVP sobre el potencial productivo de esa región, donde gana protagonismo la agricultura por riego. Las experiencias realizadas muestran lotes de trigo con rindes de hasta 10 mil kilos.

Una amplísima zona comprendida entre las ciudades de Choele Choel y Viedma, sobre el curso medio e inferior del Río Negro, está siendo evaluada como una seria posibilidad de desarrollar allí un proyecto agrícola ganadero comparable desde lo productivo al de la zona núcleo pampeana.

Es que la instalación de la tecnología relacionada al riego, aprovechando las aguas del río, brindan una inmejorable chance a toda esa región.

“Brindo información técnica en la región norpatagónica, una zona nueva de producción bajo riego en Argentina” contó.

 Si bien sus orígenes son bahienses, destacó que es parte de una familia de productores agropecuarios de San Germán.

“Pasé de trabajar de esa zona a otra de riego, con una realidad totalmente distinta,” comparó.

-¿Qué modalidades de producción se pueden aplicar en esa zona de la Patagonia?

-Hay que entenderla como una zona en desarrollo en donde no hay demasiada información sobre el tema, y nunca existió riego a gran escala. En primer lugar, cuando arrancamos a producir, nos encontramos con suelos necesitados de desarrollo. Y eso se da de la mano de la agricultura,  aplicando agua de calidad para regarlos.  Luego se instalan cultivos que poco a poco, al sumar años de agricultura, empiezan a mejorar cada vez más la productividad y hoy vemos altos potenciales de rendimiento. Hablamos de rindes, nivel lote de 15.000 kilos de maíz, 10.000 kilos de trigo y 4500 de soja. A su vez, se integra con la ganadería, un aliado estratégico en la región.

-Los suelos son ricos en sus propiedades o se les debe agregar algún componente?

-El suelo del valle se caracteriza por ser muy heterogéneo y en general deficientes, con bajo contenido de materia orgánica y pocos nutrientes. Entonces, la producción va de la mano de una nutrición balanceada que el productor debe ajustar.

-¿Cuál es el cultivo con mejores resultados?

-En Norpatagonia se puede hacer cualquier tipo de cultivo porque el ambiente lo permite. Con la agricultura me estoy especializando y puedo decir que el trigo y el maíz dan resultados increíbles, los niveles más altos de Argentina. No es fácil lograr un rendimiento de 10.000 kilos de trigo y ya fueron varios los años consecutivos con esos resultados.

Lo lindo de esta zona es no solo poder alcanzar esos promedios en un año, sino estabilizarlos con el manejo del agua interanualmente. Ese es nuestro objetivo.

-¿Qué resultados dieron las pruebas con soja?

-Tenemos un problema porque no existe en el mercado argentino genética adecuada para esta zona entonces hay que traerla de Estados Unidos para ver cuál es la más adecuada para la región. Estamos investigando porque no sabemos cuál es el potencial de este cultivo.

-¿Cuáles son los costos?

El valor de la tierra oscila en relación a la cercanía del campo con el río. Si está cerca el valor es mayor, pero el principal costo es la instalación del equipo de riego y la obra hidráulica para traer el agua. No es tanto el valor de la tierra, pero hay que invertir para darle productividad a esa zona.

-¿Hay un trabajo de concientización hacia los productores de la zona?

-Este desarrollo es una alegría para la región, porque generará trabajo y riqueza. Obviamente, esto está en pañales, pero el productor local esta dimensionando la potencialidad de la zona. Hay muchísima información por generar y transmitirle al productor local para que pueda aplicarla en su campo. Allí, la principal actividad es la ganadería de cría con una vaca cada 20 hectáreas, y fijate, estos campos pueden transformar una hectárea con 14000 kilos de maíz o 9000 kilos de trigo, incluso con una ganadería más intensa, que significa más producción, más riqueza, más trabajo. Se van captando estos proyectos y estamos muy ansiosos para multiplicarlos y fructificarlos.

-¿Tuviste la experiencia de trabajar en una zona como San Germán?

-Sí, mis inicios fueron en San Germán, es una área semiárida, de suelos someros. Pasé de trabajar allí a hacerlo en una zona con riego. Una realidad totalmente distinta.

Hace más de 10 años que estamos realizando agricultura en San Germán junto a mi mamá, que es la propietaria. Hoy en día podemos continuar trabajándolo en la empresa familiar, junto a mi hermano.

-¿Qué te impulso emigrar al norte patagónico?   

-El desafío y la curiosidad. No sabía nada de riego y era una posibilidad de poder codearme con esos niveles de productividad que, en general, se observan en las zonas núcleo de Argentina. Cuando empecé a ver de lo que eran capaces estos campos, me enamoré de la región.

La zona de trabajo va desde Choele Choel, por donde pasa el Río Negro  aguas abajo, pasando por localidades como General Conesa, hasta  Carmen de Patagones  y Viedma, donde el rio desemboca en el mar. Esta enorme superficie se perfila como la región norpatagónica de desarrollo. Cada zona tiene su realidad, pero todas comparten un ambiente excepcional que está dado por la luz (los días son más largos) y el agua de riego. 

-¿Sabés si el Estado Provincial está interesado en el desarrollo de la región?

-Sé que los productores con los que trabajo tuvieron varia reuniones y comunicaron lo que se está haciendo, para encontrar algún tipo de facilidad o ayuda de parte del Estado para impulsar la producción.

-A largo plazo, ¿Creés que se logrará un desarrollo sostenible?

-Creo que será posible porque es muy grosero lo que se está perdiendo al no hacerlo. El mundo demanda alimentos y esta zona es una fábrica de alimentos fenomenal. Creo que se desarrollará pero no sé a qué ritmo, porque el contexto macroeconómico hoy en día está muy complicado, tanto para el productor como para el Estado. A futuro sé que esa zona tendrá  un desarrollo sostenido en el tiempo.  

Otros datos

-Mientras cursaba la carrera,  comenzó a trabajar un campo familiar ubicado en el sur del distrito, y junto con su hermano, también ingeniero agrónomo, le alquilaron 480 hectáreas a su mamá. En ese predio producen trigo y especialidades en rotación, como semillas de vicia.

-El norte patagónico, que comprende el Valle Medio, Valle de General Conesa y Valle inferior, en la provincia de Río Negro, tiene un potencial de desarrollo de área aledañas al río de 200.000 a 400.000 hectáreas. Sin embargo, solamente hay alrededor de 30.000 hectáreas trabajadas.

-Luego de vivir dos años en esa región y recorrer grandes extensiones, una vez que le permitieron, volvió a su lugar de origen y ahora desde Bahía Blanca (está a 300 kilómetros de distancia) hace entre dos o tres giras mensuales.

-Fechas de siembra. Hay un periodo libre de heladas entre 23 de octubre y 9 de abril con un 10% de riesgo. Entonces, el maíz se siembra entre 15 y 20 de octubre y la soja, dentro de la primera quincena de noviembre. Mientras que el trigo, como fecha más temprana, es entre 10 y 15 de junio.

-Inversión. Para desarrollar una hectárea con riego en esa zona patagónica, se estiman inversiones de 6.000 a 8.000 dólares.