Una mujer de Coronel Pringles vivió una pesadilla

Policiales 03/02/2021 . Hora: 15:55 . Lecturas: 9

Miriam atraviesa un difícil momento a raíz de la agresión y abuso sexual sufrido en la tarde de este lunes, en el puente del arroyo Pillahuinco, del cual logró escapar a tiempo y pedir auxilio.

Son muchos los vecinos de nuestras localidades que por estos días salen a correr, a andar en bicicleta, a caminar. Pero en un instante, estas sanas costumbres, pueden verse violentadas. Es el caso de Miriam, una pringlense agredida por un depravado.

“Me pasó en la Ruta 85, antes de llegar al puente de la Ruta 51, salí a despejar mi cabeza y en un minuto se volvió una película de terror. Cuando estacioné la bicicleta vi un auto parado, un gol cuadrado gris clarito, con el vidrio de adelante astillado, lo vi, pero no le presté mucha atención, pensé que sería alguna parejita, o simplemente alguien que estaba cargando leña o pescando, no parecía algo raro. Me puse a sacar fotos a los patos, y de repente vi de costado que se me venía un hombre corriendo, era un tipo grandote, con un pasamontaña en la cabeza, no me puedo quitar esa imagen de la cabeza”.

Y continuó su relato: “Se me vino encima, primero pensé que era una broma, no podía entender que en Pringles pasara eso, no estamos preparados, le dije que salga, que me suelte, me apretó y no me hablaba, simplemente me quería callar. Logró tirarme al piso, contra el pasto, quise manipular mi teléfono, pero me lo tiró al piso y luego escondió mi bicicleta, entonces me di cuenta que no quería robarme, lo podría haber hecho, pero yo pienso que la intención de él era otra, claramente no era un robo”, relató.

Ayuda

Por suerte, Miriam pudo escapar de la trágica escena: “No puedo recordar cómo hice, porque era muy grandote, sinceramente no sé cómo logré sacármelo de encima, pero lo hice y salí corriendo para la ruta, hacia el lado de Coronel Suarez. A lo lejos vi que pasaban autos, entonces me aferré a correr hacia esas luces de los autos, sentía que si quería librarme de esta persona tenía que alcanzar los autos. El tipo salió corriendo atrás mío, incluso se cayó al piso, eso me dio ventajas para que no me agarre.

Hice señas al primer auto que pasó, pero la chica que manejaba no se animó a parar, y la entiendo, porque no comprendía qué era lo que estaba pasando, al siguiente auto prácticamente me le tiré encima para que frenara, cuando frenó le abrí la puerta trasera, me metí y le pedí por favor que me sacara de ahí, que una persona quería violarme”.

Tras lograr ser rescatada, varias personas pudieron ver al atacante: “En ese momento, el depravado vio la situación y se volvió hacia su auto, pegó la vuelta por la ruta e incluso lo cruzamos, ya sin pasamontañas, la persona que me auxilio lo pudo ver y la chica del primer auto también logró verlo porque había parado unos metros más adelante, ellos coincidieron con las características que le dieron a la policía, un hombre de tez morena, robusto, mucha contextura física, mucho pelo”.

Denuncia

Una vez alejada del lugar, Miriam hizo la denuncia correspondiente: “La policía se portó muy bien, hice la denuncia, quise hacerla, porque no podemos correr el riesgo de que este tipo siga en la calle. Según la psicóloga, esta persona con esas características ya debe ser un depravado en su casa, seguramente siga haciéndolo.

No quería hacerme la víctima, pero lo soy, por eso quise hacer la denuncia. Una persona me dijo que debería andar con gas pimienta para prevenir estas cosas, yo pienso que una persona así no debería estar en la calle. Es más lógico, yo no soy la equivocada, estaba andando en bicicleta y sacaba fotos, no puede andar un pervertido así en la calle, ¿entonces todos tenemos que estar encerrados?, no es justo”, reflexionó.

Entre lágrimas, la protagonista de esta aberrante historia dijo: “Decidí dar la cara porque no nos puede pasar esto, es Pringles, es un pueblo tranquilo, no es justo, todos tenemos derecho a andar por donde queramos, salir a trotar, recorrer caminos rurales, eso no está mal, lo que está mal es que esta persona esté en la calle. Hoy tengo miedo, pero hay que seguir adelante,, con más recaudos que nunca, por lo menos hasta que aparezca esta persona, lo tienen que encerrar, no puede volver a hacer eso con nadie, personalmente prefiero que me atropelle un auto antes que volver a vivir una situación así”, concluyó.

Fuente: Diario El Orden de Coronel Pringles