La liberación de Auschwitz y la historia de Regina, una sobreviviente

INTERÉS GENERAL 30/01/2021 . Hora: 15:55 . Lecturas: 167

A 76 años de la liberación del campo de concentración ubicado en Polonia, Lucía Fisch, nacida en la vecina localidad de Rivera, relata el horror que vivió su tía.

-Por Rubén Ceminari-

El 27 de enero de 1945, el Ejército Rojo liberó a 7.600 prisioneros de Auschwitz. Una gran parte estaba confinada en la enfermería y el resto ya no tenía fuerzas para emprender la huida, luego de que casi la totalidad de los alemanes a cargo del campo de exterminio, emprendieran la retirada, ante la proximidad del enemigo ruso. La fecha ha quedado inmortalizada como el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto.

Cholojow era un pequeña ciudad  (ubicada a unos 60 km de la cuidad de Lvov/ Lviv, Polonia) donde al comenzar la ocupación alemana el 1 de septiembre de 1939, fueron tomados prisioneros muchos habitantes  de esa región, y enviados a los mal llamados campos de trabajo (en realidad, campos de trabajo esclavo y de exterminio).

El 15 de septiembre de 1942 llegó a la región un  Eisatzkommando o Einsatzgruppen (“grupo de tareas”), sacaron de sus casas a todos los judíos, y los llevaron a la plaza principal.

Dispararon contra los que intentaron escapar, mientras los demás eran llevados a una fosa común en las afueras de la ciudad, donde fueron asesinados a balazos… solo los que estaban trabajando en los campos en ese momento, y unos pocos que lograron esconderse, sobrevivieron.

Al mes siguiente, una nueva “aktion” tomó algunos prisioneros más, que fueron trasladados en trenes a los campos de exterminio de  Auschwitz, Belzec y Majdaneck (donde fueron condenados a morir en cámaras de gas, y sus cuerpos desaparecidos en hornos crematorios, para no dejar rastros de la masacre).

En toda la región de Radziechow -que incluye seis localidades: Strilitsch, Toporow, Stojanow, Wittkow Nowy, Lopatyn, Schterwitz y Cholojow-, la población de origen judío fue literalmente aniquilada, tras la ocupación nazi, víctimas de los programas llamados “ limpieza étnica” y “Solución Final de problema judío”.

Los pocos que lograron sobrevivir a estas masacres, lo hicieron escondiéndose, aislándose en lugares inhóspitos como los bosques (en pleno invierno, con dos metros de nieve y fríos de 20 grados bajo cero), o ayudados por habitantes de la región (polacos, rusos y ucranianos), que solidariamente los cobijaron a costa de poner en juego su propia seguridad.

La antigua Cholojow es llamada actualmente Uzlovoye, y pertenece a Ucrania.

En  abril del 2017, con la colaboración de Lucía Fisch (una de las cuatro hijas de Isaac Fisch y Fany Milstein ,- Isaac escapó de Polonia antes del Holocausto, y se afincó en Rivera ,  en el Sudoeste Bonaerense, donde conoció a Fany, su esposa-), pude conocer un poco más sobre la historia de su tía, Regina Fisch.

Este es su crudo relato: “Trato de recordar lo que viví a mis 10 años, siendo parte del reencuentro de mis abuelos y mi padre- Isaac- con su hermana, la única sobreviviente del Holocausto, entre nuestros familiares que quedaron en Polonia. Corría el año 1956 y por intermedio de la Cruz Roja, mi papá ubicó a Regina, su hermana, de quien se despidió en 1937 y al estallar la guerra perdieron todo contacto. Ella vivía en Polonia a 50 km del pueblo  donde estuvo Isaac, así que se veían asiduamente.

Regina era casada y tenía dos hijos pequeños. Ella y su marido tenían un comercio en la ciudad de Kamionka Stromolova, (que actualmente se llama Kamionka Buska y pertenece a Ucrania). Hace unos años visite toda la zona buscando datos pero desafortunadamente se destruyó todo… hasta los cementerios fueros arrasados”.

“Ella narraba los horrores vividos durante la guerra y para mí, a tan temprana edad, eran incomprensibles pero los recuerdo.”

“Cuando los alemanes invadieron Polonia (1939) comenzó el martirio: con su familia, dejaron todo lo que hacían y trataron de salvar sus vidas .Uno de los hermanos de ella fue asesinado en la calle y un vecino le avisó, entonces corrió a buscarlo y lo enterró con sus propias manos.”

Pero ahí recién empezaban las penurias y el horror para Regina.

Lucía continúa recordando el espanto vivido por su tía.

“En 1943 asesinaron a su marido, y meses más tarde a sus hijos: se llamaban Marcos y Sergio, niños de 9 y 11 años. Ese día su vida había perdido sentido y pidió a gritos a los alemanes del grupo de exterminio que la maten a ella también, pero no fue así.”

“Mientras escapaba, muchos granjeros polacos la escondían en graneros pero por poco tiempo, ya que temían por sus propias vidas. Así fue que vivió con 16 personas en un pozo que cavaron en el bosque y en las noches salían a buscar raíces para comer. Al tratar de escapar de allí la detuvieron y fue trasladada al campo de exterminio de Auschwitz, donde le tatuaron un número de prisionera y dejó de ser persona.”

“Regina nos contó que una vez se salvó-como otras veces-, de ser enviada a la muerte, solo por pura intuición: habían obligado a un grupo de personas, a que se formen en dos filas, y sin que lo noten los guardias, se cambió y así la tía Regina, quedó en la fila de la vida. Los otros fueron todos a las cámaras de gas.”

“Sobrevivió y al fin en enero del 45 llego la liberación .Estaba muy enferma y la internaron en un hospital en Alemania; cuando se recuperó un poco su salud, fue contactada por una tía suya que vivía en Canadá y pasó varios años ahí trabajando. Tratando de rehacer su vida y buscando a sus padres y hermanos en Argentina.”

“Gracias a la Cruz Roja Internacional pudieron ubicarse: Recuerdo cuando Isaac fue buscarla al puerto de  Buenos Aires, en 1956: la esperamos con mucha emoción y queríamos darle el amor que le faltó tantos años”, relató Lucía.

Soldados del Ejército Rojo rescatan a prisioneras de Auschwitz

En 1973 –continúa-- yo vivía en Israel y vinieron a visitarnos mis padres con mi tía Regina: encontramos a una familia que compartió el pozo con ella en el bosque, escapando al exterminio, en Polonia. El reencuentro es difícil de contar: la única lengua en común que tenían era el polaco, así que no pude entender sus palabras, pero me alcanzó con ver sus caras, su emoción cargada de dolor al recordar, sus llantos y sus abrazos.”

“Mi querida tía vivió en Junín, en el norte de la provincia de Buenos Aires y siempre  nos veíamos y compartíamos momentos muy lindos. Falleció en 1996 a los 89 años: aun sostenía a diario una vieja foto que había sobrevivido con ella, y que la mantuvo con vida. Era una foto de  cuando era feliz junto su esposo y sus hijos, en Polonia.”

En Argentina Regina se reencontró con su familia sobreviviente al Holocausto, pero insólitamente, también en Argentina se refugiaron con total impunidad, cientos de criminales nazis y croatas, como es el caso del SS Walter Kutschmann (un oficial nazi que masacró a civiles en Polonia, justamente en la zona de Lvev, y escapó de la justicia europea, encontrando refugio en la ciudad de Miramar, en la costa atlántica de la Provincia de Buenos Aires en Argentina). Murió durante el proceso para ser extraditado a Alemania, a mediados de los 80, durante el primer gobierno democrático después de la dictadura militar, (que usó muchas técnicas de secuestro, tortura y exterminio, similares a las usadas por el nazismo).

Víctimas y victimarios se cruzaban por las calles de nuestro país a veces sin saberlo, y en otras oportunidades se reconocían, como el señor que, en una misma mesa, mirando a uno de los participantes de un encuentro vecinal fundador de la villa balnearia de Miramar, señalándolo con el dedo dijo: “este vecino no es Pedro Olmos, como dice ser: en realidad es Walter Kuschmann, el que nos torturó y mató en Polonia”

Sirva la historia de Regina, para recordar y homenajear a las millones de personas que fueron objeto de la persecución del Tercer Reich de Adolf Hitler, quien decidió eliminar a sus enemigos políticos y religiosos (socialistas , comunistas y Testigos de Jehová ), y a quienes el régimen nazi consideró “seres inferiores”, que debían ser eliminados de la faz de la tierra, para lograr la “pureza racial aria”. Discapacitados, homosexuales, prostitutas, pero mayoritariamente gitanos y judíos de toda Europa, que fueron  esclavizados, torturados,  hambreados y asesinados en masa.

También para recordar y homenajear a los sobrevivientes del Holocausto, que con el pasar de los años, pudieron contarnos y transmitir las peores vivencias que pudo haber atravesado un ser humano, durante el genocidio que les tocó vivir y sufrir.

Pasó hace tan solo 76 años: su memoria debe estar siempre presente para no cometer los mismos horrores y errores en el futuro.

El mejor homenaje que hoy podemos hacer a las víctimas del nazismo, es luchar contra cualquier tipo de discriminación,  respetando -y haciendo respetar- la diversidad, lo distinto, que podemos ver en el otro: el mejor criterio de la igualdad entre seres  humanos, es el derecho del otro a ser distinto.