“El protocolo no viene a complicar las cosas, sino a ordenar el desorden”

Entrevistas 03/03/2021 . Hora: 17:22 . Lecturas: 26

El ceremonial y el protocolo implican mucho más que saber cómo ubicar una bandera u otros símbolos nacionales en un acto. Se trata de una carta de presentación y el respeto por un conjunto de reglas, un espejo que define cómo será la imagen proyectaremos a los demás  

“Es ordenar el desorden”. Así lo define Guillermo Cuffaro, rosarino, especialista en Ceremonial y Protocolo Castrense.

En su extenso currículum se distingue su actividad como Jefe de Relaciones Públicas y  su actuación como Jefe de Relaciones Públicas, Ceremonial, Eventos, Fiestas Patrias y Símbolos Nacionales en el Ejército Argentino. Ha recibido una condecoración de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y formó parte de la Misión de Paz de Cascos Azules en 2003, además de haberse diplomado en Planificación de Reuniones y Eventos

.Guillermo… ¿Qué motivos lo impulsaron a formarse en materia de Ceremonial y Protocolo?

Cuando ingresé a la carrera militar, pasé por diferentes etapas. En la mitad de formación tuve la oportunidad de estudiar Recursos Humanos que incluye la rama de Relaciones Públicas, donde podés capacitarte en Protocolo, Ceremonial y Eventos Militares. Una vez graduado, me nombraron Jefe del Departamento de Relaciones Públicas. A partir de ese momento, me entusiasmé con esta disciplina que llevé a la vida civil. Durante más de 15  años estuve en Capital Federal coordinando eventos de ceremonial militar y una vez retirado seguí en esta actividad. Día a día, trato de perfeccionarme cada vez más.

-¿Cómo les explicaría a aquellas personas que no conocen sobre el tema por qué es importante respetar ciertos protocolos en los actos?

El ceremonial y el protocolo puede ser para algunos una ciencia y para otros un arte. Creo que tiene un poco de cada cosa. Su verdadera razón de ser está en su misión que es trabajar en favor de la imagen y la identidad de las organizaciones. Se trata de un conjunto de simbolismos que promueven la armonía, se adelantan a los hechos y bregan por el bienestar de los invitados.

 Esto se manifiesta en finas estrategias de organización, cuidados extremos de los mínimos detalles, establecer el mejor desarrollo, planeamiento, ejecución y evaluación de los acontecimientos.

El ceremonial y el protocolo son importantes en todos los ámbitos, ya sea civil, militar, eclesiástico, deportivo, corporativo, estatal y social. 

Hay muchas definiciones de la actividad, una dice que es “ordenar el desorden”.

Para los interesados… ¿Cuáles son los centros de formación para quienes desean estudiar Protocolo y Ceremonial?

Hay varios institutos privados y públicos. El titulo otorgado es Tecnicatura Superior de Ceremonial y Protocolo y Organización de Eventos. En algunos países de Sudamérica está la Licenciatura, acá se están dando los primeros pasos para llevarla a ese nivel.

Hay además muchas academias públicas y privadas como la Asociación Interamericana de Ceremonial con sede en Buenos Aires, una organización muy importante donde, incluso en tiempos de pandemia, continua capacitando gente.

- En mayo del año pasado se iba a realizar en Rosario, el Congreso Nacional de Ceremonial y Protocolo en conmemoración a los 200 años de la muerte del General Belgrano y los 250 años de su nacimiento. Usted fue presidente del comité organizador. Finalmente, la actividad se postergó y se efectuó de manera virtual… ¿Qué balance hace de esta experiencia?

La Asociación Interamericana de Ceremonial aglutina a las entidades afines y todos los años organiza dos reuniones: una nacional y otra a modo de foro internacional en diferentes ciudades de América.

El punto central sería el homenaje al General Manuel Belgrano con todo lo que ello implica en cuanto a símbolos militares y otros temas relacionados a ceremonial y protocolo. Cuando estaba todo listo, la pandemia nos limitó y resolvimos postergarlo hasta tanto pueda realizarse de manera presencial.

Cuando comenzó la pandemia, la Asociación Interamericana de Ceremonial creó un conversatorio por medio de la plataforma zoom. Ya vamos por la 37° edición y nos permite intercambiar conocimientos y conocer gente de otros continentes como Europa y África.

El uso del término “virtual” no es el correcto para las reuniones en las que se transmiten por Zoom. Si bien el Congreso se desarrolló a través de una plataforma comúnmente conocida como virtual, a este tipo de encuentros debe definírselos como “de presencia remota”. Porque no es un video grabado y la persona está del otro lado de la pantalla en vivo en ese momento.

En el caso de la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional celebrada este lunes 1 de marzo, se trató de un momento híbrido, porque había personas presentes en el recinto y otras con presencia remota”. 

-¿Qué reflexión hace sobre el legado de Belgrano?

Manuel José Joaquín del Corazón Jesús Belgrano ha sido el arquetipo de lo que debe ser un hombre ejemplo de su patria.

Su chozno nieto, el Lic. Manuel Belgrano, con el cual compartí muchos momentos y también estrados en exposiciones, es el presidente del Instituto Manuel Belgrano. Él iba a estar presente  en el Congreso de 2020 en Rosario, junto a otras personalidades como Carlos Pallarols. un platero argentino de renombre internacional, encargado de realizar piezas de gran valor estético, técnico e histórico, como los Bastones de Mando de varios presidentes argentinos.

Por ahí con Belgrano sucede que nos quedamos con la figura del Billiken, con el enarbolamiento y la creación de la bandera. Pero fue mucho más que eso. Ideólogo de Mayo, estadista, fundador de la academia náutica de dibujo y matemáticas, pionero de la educación pública, promotor del rol social en la mujer, impulsor de la agricultura, la industria y el comercio, político, periodista, ecologista, abogado, protector de los pueblos originarios. Militar por obligación, sin embargo fue un gran estratega. Debemos considerarlo Padre de la Patria junto a General San Martín.

“Belgrano  fue creador del cuarto símbolo nacional: la Bandera Nacional de la Libertad Civil, un símbolo nacional junto con el Escudo, la Bandera y el Himno”.

- ¿Cuáles son, a su modo de ver, los errores que suelen reiterarse durante las ceremonias?

Quienes nos hemos dedicado a esta especialidad, tenemos un ojo crítico permanentemente. Protocolo y ceremonial debería ser un tema de interés ya desde la Escuela Primaria para que los chicos vayan aprendiendo las normas.

El protocolo no viene a complicar las cosas, sino a ordenar el desorden.

Cuando voy a un acto y veo la bandera en el lugar equivocado, lo corrijo y explico las normas.

Un ejemplo donde se rompieron mucho las normas del protocolo fue en el velatorio de Maradona. Debieron haberse asesorado bien en la preparación de la Capilla Ardiente. No hablo de la seguridad sanitaria, eso es otra cuestión para discutir. Me refiero a lo relacionado a la colocación de las banderas, entre otros detalles. Fue una imagen con errores que transmitimos al mundo.

Hacer las cosas bien no lleva el doble de esfuerzo o de presupuesto.

- En lo referido al ceremonial en eventos deportivos ¿Cuál es su postura ante la actitud de jugadores como Messi que no cantan el Himno Nacional Argentino?

Es  algo netamente personal de parte de él y mi concepto también. Las cualidades de Messi, Maradona y otros tantos jugadores tan buenos en sus deportes son indiscutibles. Pero este señor (Messi) siendo capitán de la Selección Argentina, en un evento tan importante como un Mundial, representando a la República Argentina, al momento de cantar el Himno permanece con la boca cerrada. Algunos lo atribuyen a un tema de concentración.

Un ceremonialista también es un asesor de imagen y esa frialdad que el señor Messi antes de empezar el partido demuestra, también transmite muchas cosas a sus compañeros y al público.

“No es necesario que Messi cante desaforadamente como Los Pumas, pero sí puede cantarlo como otras selecciones y otros deportistas famosos, quienes, por ejemplo colocan su mano derecha sobre su pecho. No hace falta ser exagerado, pero me parece que cantar el Himno Nacional en un evento representando a nuestro país hace al espíritu de lo que la persona siente”.

- ¿Cómo la pandemia influyó en los usos del ceremonial y protocolo?

Nos tuvimos que adaptar a una nueva modalidad. Las normas del protocolo no son tan inflexibles.  A través de estos eventos híbridos, con presencia en el lugar y remota. Tuvimos que adaptarnos a estos nuevos tiempos. Las normas no se inventaron a partir de que apareció el coronavirus, existían antes. La presencia cercana o física era mucho más cálida, más común, y nadie utilizaba esas herramientas tecnológicas. Sin embargo, antes de la pandemia, yo ya usaba el skype para comunicarme con alumnos, porque era una manera práctica de hacerlo.

-Supimos que tuvo la oportunidad de ser parte de una Misión de Paz de la ONU ¿Cómo vivió esa experiencia?

Durante mi carrera militar, en el año 2003, tuve el honor de representar a la República Argentina en el conflicto turco greco chipriota como jefe de personal del contingente argentino.

Fueron  muchísimas las experiencias compartidas, conviviendo con otros ejércitos desplegados en la zona, incluso el británico que fue enemigo nuestro en1982. Había personal militar de todo el mundo, como sucede en todas las misiones de paz.

Lo más importante de trabajar en forma mancomunada es el mantenimiento de la paz en la República de Chipre. Cuando nos colocamos el casco azul, pasamos a integrar una misma organización. No importaba de qué país era cada uno, aunque uno debía adaptarse al idioma porque no todos hablaban en inglés.

El personal de menor jerarquía, ya sean paraguayos, ingleses o eslovenos, me respetaba como a un superior. Fui con el grado de Mayor y no había ningún tipo de resquemor. A su vez, yo tenía un Teniente Coronel húngaro, un Jefe de Área esloveno y el Jefe de la misión era un General chino. Esto demuestra la interacción, la camaradería y la forma de pensar de otros ejércitos durante una operación militar de paz.

Cuando hay buena predisposición, voluntad, disciplina y educación, se puede alcanzar el objetivo, por más que a priori pueda parecer difícil.