Puan, campamento y campo de concentración

Cultura 07/06/2021 . Hora: 15:06 . Lecturas: 62

Así lo asegura la investigación realizada por el historiador de la UBA Mariano Nagy. Como una manera de rememorar los primeros días en la vida de la comandancia, rescatamos los datos aportados en el libro Cronología para la Historia de Puan III, para luego exponer los testimonios del profesor Nagy que en 2010 estuvo brindando una charla en Puan.

El 7 de junio de 1876, a dos días de la llegada de las tropas del Coronel Salvador Maldonado, milicos, indios amigos y criollos comenzaban a delinear los primitivos cimientos de lo que sería el Campamento de Puan, antecedente de nuestra localidad. Al día siguiente, se demarcaban los límites de lo que sería el cuadro del Batallón de gendarmes. El 9 de junio llegaron las carretas del Sauce Corto (Hoy Coronel Suárez) con útiles para la División.

La vida en el primitivo Puan no era nada fácil, sometidos al frío de la intemperie, a los trabajos forzados y la escases de recursos, algunos elegían desertar, tal es el caso de los soldados del Regimiento 11 y 3 del Batallón Gendarmes del Rosario. Se trataba de Eusebio Cortez, José Herrera y Mardonio Leiva, evadidos el 12 de Junio. Diez días después una Comisión llegada desde Sauce Corto, condujo de regreso a los fugados. Por orden general se dispuso que sean juzgados por un Consejo de Guerra verbal, el cual deberá reunirse a deliberar la suerte de los desertores. Es así que el 25 de junio se sentenció a la pena capital al soldado Mardonio Leiva. (Actualmente, una de las calles de Puan lleva su nombre) 

El 13 de junio, daban inicio las labores de zanjeo para el cuadro de la comandancia.

Así recordaba el Teniente Daza los primeros días en el Campamento. “Los soldados vivían presionados por los rudos trabajos, se les adeudaba muchos meses de sueldo, largo tiempo hacía que no veían una hogaza de pan, ni jabón, ni lo más indispensable. Se vivía a carne de caballo flaca, pues se faenaban los más viejos y flacos. Al no tener yerba se tomaba el “té pampa” (una gramilla que hoy ha desaparecido), a cambio de tabaco se fumaba estiércol seco y para peor la leña que se conseguía (brusquilla) estaba húmeda a raíz de un temporal que duró casi un mes. Se vivía mojado”.

ES LA GEOPOLÍTICA Y LA ECONOMÍA...

El Profesor de Historia de la Universidad de Buenos Aires, Mariano Nagy, estuvo en Puan en 2010 brindando una charla, donde dio detalles de sus investigaciones, algunas pueden leerse en su trabajo Los Catriel, de amigos a apresados. ¿El fin o la continuidad de una estrategia?

Nagy sostiene en su trabajo que el nacimiento de nuestra localidad no se debió a motivos militares sino a razones geopolíticas y económicas.

Catriel es el nombre de una dinastía de caciques "pampas" que se desarrolló desde fines del siglo XVIII y todo el siglo XIX. Los integrantes de esas comunidades originarias habitaron las extensas llanuras de la región pampeana de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y San Luis.
En la Foto: Cipriano Catriel

También habló de los testimonios que señalan a la comandancia Puan como un centro de detención de indígenas.

“En noviembre de 1877 una división (del ejército) no sólo mató a más de 150 indígenas de Catriel, sino que apresó a otros 400, quienes fueron trasladados en pésimas condiciones a Puan, donde también existió un campo de concentración”.

“La historia no cumple su cometido si genera un discurso donde todos están de acuerdo, la historia debe incomodar. Si aceptamos las cosas tal cual se comentan, no se nos permite crecer”, expresó, durante su presentación realizada el 7 de Noviembre de 2010, en el Espacio Cultural El Mercado.

Foto Archivo Todas las Voces Puan - Disertación de Nagy en el marco de la XXV Marcha Evocativa a Caballo por los Fortines

El historiador explicó que la historia hecha luz sobre determinados relatos y deja de lado otros.

“Por una cuestión ideológica, se cristalizan en el imaginario colectivo. Algunos puede que no les guste o piensen que es una obra macabra de un historiador, pero los hechos están ahí. Y los relatos no se pueden negar y decir que esas cosas no ocurrieron”.

A continuación, brindamos algunas consideraciones de Nagy sobre la historia local. Luego de cada tópico establecido como relato oficial (en negrita), debajo mostramos las interpretaciones del historiador

“PUAN: LUGAR DE DETENCIÓN DE INDÍGENAS”

Dice Nagy: “muchos se sorprenden cuando relato que, al fundarse las comandancias, cada una asumía un rol y a Puan le tocó el de ser centro de detención de indígenas".

Y detalla: "Jorge Newbery, tío del aviador, vino por estas tierras y se sorprendió cuando su baqueano le comentó que en 1879 había sido campo de concentración de indígenas".

"Newbery pasó por este lugar en 1880 en el afán de obtener tierras y dio cuenta de su sorpresa al arribar a Puan, y las explicaciones brindadas por su baquiano, el indio Luán:

“Fuimos hasta una toldería que rodeaba un manantial a orillas de un pequeño lago que mi baquiano llamó Puan lo que quedaba eran unas chozas cubiertas con cueros cercados por un ancho paredón de adobe […]. Cuando estábamos suficientemente cerca para poder apreciar mejor a este paredón pregunté a mi baquiano que propósito servía ya que los otros fortines llevaban una fosa que cercaba a un mangrullo y ninguno de ellos llevaban (estos) baluartes. Esto produjo en Luán un arranque de indignación; a través de su furioso caudal de palabras supe que Puan había servido de campo de concentración”.

No se ha podido --expresa Nagy-- establecer si los indígenas quedaron reducidos allí o si fueron trasladados, pese a que no es el único documento que menciona a Puan como centro de detención de indígenas y más allá de que no se utilice el término “campo de concentración”. Como es sabido, el avance de las tropas y la huida generaba la dispersión y obligaba a largos peregrinajes por distintos puntos de Pampa y Patagonia, situación que explica el por qué de la disgregación, de la existencia de fragmentos de una parcialidad e incluso familias sueltas por la región; y de allí la dificultad de reconstruir las trayectorias indígenas, tanto para los propios protagonistas como para realizar una investigación al respecto

Lo mismo cuenta don Anastasio Ledesma en 1957. Un alambrador que estuvo en la Zanja de Alsina y fue expedicionario, dice que acá se detenían a los indígenas para después trasladarlos a Buenos Aires.

Cada pueblo tiene su historia y eso no habla ni mal ni bien de Puan”.

Este relato que yo les quiero comentar no es para que digan “este muchacho tiene razón”, sino para que piensen y se pregunten si eso puede haber sido así. En qué fuentes puede uno basarse para contar estas cosas. Y así nuevamente preguntarnos acerca de nuestro origen como puanenses, bonaerenses o argentinos. Preguntándonos de dónde venimos, vamos a saber seguro hacia dónde vamos”

Fuente: Documento "Wingka Malón" (Significa Campaña del Desierto en mapuche) .
Archivo General de la Nación

“EL ORIGEN DE PUAN FUE POR RAZONES MILITARES"

“No fue así, sino por motivos geopolíticos y económicos. A mediados del siglo XIX, Argentina se incorporó al mercado mundial como exportador de materias primas.

Entonces, las elites necesitaban que el país tenga entidad política de Estado Nación y tierras, un recurso fundamental.

De ahí se puede entender el nacimiento de Puan, Guamini o Trenque Lauquen.

A lo que se llamó “la última frontera bonaerense”, el historiador aseguró que en realidad era una frontera de paso hacia el sur, para conquistar el resto del territorio”.

“LA TEORÍA DEFENSIVA Y EL INDÍGENA COMO SALVAJE”

“Luego de la guerra contra Paraguay, el Estado decide desnivelar la correlación de fuerzas con los indígenas.

Hasta 1867, se trató al indígena de igual a igual, se le dio entidad política y se firmaron tratados. En la segunda parte de la década de 1870 fue cuando se empezó a construir un relato del indígena como “salvaje” con el cual no había nada que negociar.

Se empleó una estrategia –y me permito disentir— que fue ofensiva y no defensiva.

“Yo, como hijo de inmigrantes y perteneciente a la sociedad blanca, occidental y cristiana, no puedo hablar de defensa cuando ocupo un territorio que otra entidad juzga propio. Esto tiene que ver con las denominaciones que se usan.

Si hay una entidad que reclama y yo le digo que no le corresponde, no puedo hablar de estrategia defensiva porque estoy ocupando su territorio.

Salvando enormemente las distancias, en un proceso que no tiene nada que ver, los nazis hicieron la solución final del problema judío y ustedes saben lo que implicó la solución final”.

Los campos de concentración de la Conquista del Desierto (El Historiador, Felipe Pigna)

“LA FRONTERA COMO LÍMITE Y LUGAR DE CONFLICTO”

“Nos han marcado que los blancos estaban de un lado y los indígenas del otro. El discurso fue simplificado para decir que la frontera era solo un lugar de choque. Pero era más que eso: un sitio más capilar, más poroso, más complejo de lo que nos quisieron mostrar.

En realidad, la frontera fue el lugar donde distintos sectores, blancos e indígenas convivieron e intercambiaron pautas culturales. Cuando el Estado avanza, le resulta tan enemigo el indígena como el gaucho. Al apropiarse las tierras, al Gobierno no le interesa que haya gente.

La Sociedad Rural de Azul en 1870 dice “Los indios pampas son más fáciles de civilizar y más dispuestos a recibir la alta educación cívica que nuestras masas rurales y urbanas. Los 6 mil o 7 mil indígenas de este partido podrían ser en unos años una fuente de producción industrial o agrícola, y a la vez un modelo de orden y moralidad”.

Este documento que podría decirse pro indigenista, forma parte de los balances de la Sociedad Rural Argentina”.

"TIERRA PARA LOS INMIGRANTES Y EL CRISOL DE RAZAS"

“El gaucho será el elemento disruptivo de esa sociedad. Es fácil señalar al indígena como “otro”, pero es más difícil hacer eso con el gaucho.

En esas tierras a repartir no habrá lugar para el gaucho, sino para cierta inmigración. Nos hicieron creer que se quería a los inmigrantes para repartir la tierra. Sin embargo, el inmigrante, no se desarrolló gracias a la política estatal de aquel entonces, sino pese a ella.

Entre 1876 y 1903, se repartieron 42 millones de hectáreas entre menos de 1.900 personas. Más de 4 millones de hectáreas para la década de 1920 estaban en manos de 50 familias. 67 propietarios pasaron a ser dueños de 6 millones de hectáreas.

Alguien puede decir en Puan no pasó. Me remito al libro de César Michelutti, él cuenta cómo en 1884, dos años antes de que Puan fuera considerado partido, se hicieron visibles los temores de la población, porque se hablaba de que iban a entregarle estas tierras a un tal Godoy.

Entonces, el propio origen del pueblo está viciado con la posibilidad de que esto hubiese sido un gran campo y no se respetara el espacio reservado al ejido urbano. El reclamo constante de los pobladores logró que Puan mantuviera su ejido y luego creciera”.

Cuando llegaron, los inmigrantes se dieron cuenta de que si no venían con un capital bastante importante, no podían acceder a la tierra.

Hay documentos donde se dice que las clases dominantes se quejan porque quienes vienen son españoles o italianos. Los llaman “los europeos del patio atrás”. Es decir, el crisol de razas pretendía una población europea del norte y hay una gran desilusión con los que llegan.

Fíjense después cómo el mapa empieza a ser mucho más complejo”.

“LA REVALORIZACIÓN DEL GAUCHO”

“Cuando las clases dominantes ven que esos inmigrantes terminan siendo arrendatarios y empiezan a organizarse en cooperativas para frenar la propiedad latifundista y terrateniente, se dan cuenta que la inmigración no era tan buena y la esencia supuestamente argentina se estaba perdiendo.

Y van a recurrir a una de las grandes plumas de la literatura: Leopoldo Lugones.

Es en 1910, cuando trata de rescatar la esencia autóctona para decir que Argentina es también criolla y gaucha.

Fíjense cuántos cambios hay en la construcción de la identidad argentina. Es en ese momento cuando realmente se empieza a rescatar el Martín Fierro como obra nacional y popular.

Hasta ese entonces, el gaucho había sido bastante criticado en cuanto a su accionar rebelde e indómito, dicen las plumas de la época: “hay que bajar al gaucho del caballo”