ENTRE MÉXICO Y PUAN

Silvina y Laura… cuando la lectura tiende puentes de amistad

Silvina Reus y la mexicana Laura Rodríguez coincidieron por casualidad en las redes sociales, precisamente en grupo de Facebook dedicado a los amantes de la lectura. Pasaron ocho años compartiendo experiencias y construyendo una amistad, hasta que la virtualidad le cedió paso a la realidad y la semana pasada pudieron al fin conocerse, durante la última edición de la Fiesta Nacional de la Cebada Cervecera Ambas son docentes jubiladas, aunque Laura continúa trabajando en educación como Asistente Personal de la Directora General del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México (IEMS). Por primera vez en Argentina, Laura llegó acompañada por su esposo Jorge Aguilar

Entrevistas 11/01/2023 . Hora: 20:01 . Lecturas: 338
Silvina y Laura… cuando la lectura tiende puentes de amistad
Silvina y Laura… cuando la lectura tiende puentes de amistad

(Por Fernando Sánchez) Silvina y Laura me reciben en el Hotel Mito, donde los recién llegados se hospedan. Nos sentamos en torno a una de las mesas de la confitería y, café de por medio, comenzamos la charla.

Un rato antes, mientras me dirigía a la cita, pensaba en la potencialidad de internet para fomentar y enriquecer las relaciones humanas. Esa capacidad de borrar las fronteras y las distancias, nos acercan a personas de todo el mundo, una posibilidad impensada hace unas pocas décadas atrás. Valorando este lado positivo de las redes sociales, comienzo a indagar en los detalles de esta amistad que hoy se reforzó sus lazos.

-Cuéntenme cómo se conocieron

Silvina Reus: fue hace ocho años, en un grupo de lectura creado en Facebook por la escritora de novelas románticas Fabiana Peralta. Allí, junto muchas mujeres más oriundas de diferentes países, estábamos con Laura y luego empezamos a coincidir en otros grupos literarios. Veíamos que teníamos muchas cosas en común, hablábamos varias veces al día. Después, whatsapp nos mantuvo en permanente contacto.

Pero no todo es literatura, también tenemos nuestra “noche de chicas” donde, vía Zoom, nos pintamos las uñas todas las semanas.

-¿Los grupos de lectura son acerca de un autor en especial?

Laura Rodríguez: tenemos muchos. Los hacemos por el simple placer de leer, porque coincidimos en el gusto por algún libro en especial. Luego comenzamos a comentarlo, así fue creciendo nuestra amistad, impulsada por los criterios que nos unían al momento de leer.

S. R:  Con la pandemia, en uno de nuestros grupos, a una de las chicas se le ocurrió organizar una reunión semanal por Zoom para encontrarnos a leer todos los sábados, durante una hora y media. Así nació el grupo “Sylvain Reynard Centroamérica”, que aborda la obra de este autor canadiense de novelas románticas.

Cada sábado hay dos coordinadoras, de acuerdo al libro que estemos leyendo se buscan los personajes y cada uno elige algo para leer, se apagan los micrófonos y de a turnos, de manera ordenada, leemos. Después, debatimos y jugamos.

L.R: No solo es leer por leer, sino que además hacemos un análisis de los textos y hasta podemos abordar alguna problemática para generar un debate. Por ejemplo, en uno de los capítulos de un libro, hablamos del tema adopción. Las coordinadoras nos proponen investigar sobre el asunto y luego desarrollamos posturas. Esto nos permite analizar cómo percibimos esa problemática en cada uno de nuestros países.

En el grupo hemos llegado a ser 20, aproximadamente, todas mujeres de Latinoamérica, de las más variadas edades y profesiones. Hay una abogada, otra es contadora, y hasta una nutricionista, sin olvidar a la que es bancaria. Una de ellas vive en Miami, pero las demás somos de México, Honduras, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Chile, Paraguay y Argentina. Se da entonces una interesante combinación ideológica, política y cultural. Ya que todos aportamos desde nuestros puntos de vista, y en base nuestras vivencias

S.R: No solo hablamos de una lectura en particular, sino que a veces surge algún tema social, económico o político que aparece en determinado fragmento del libro. Intentamos hacer una suerte de análisis o crítica literaria. Cada cual tiene su postura y no siempre coincidimos.

De Argentina somos tres, dos de Capital Federal y yo, con distintas realidades. Esperamos con ansias el día de reunión, y en enero elegimos tomarnos vacaciones.

L.R: Leímos un libro, una trilogía, entonces coincidíamos en que a todos nos gustaba.

S.R: El autor de ese libro se ha conectado con nosotras en un chat virtual de Facebook. En realidad, somos lectoras voraces, un libro de 500 páginas nos suele durar apenas dos días.  Puedo tener una o varias plataformas para ver series, pero no me termino de enganchar. Una serie nos tiene que atrapar mucho para engancharnos. Me quedo con la lectura.

L.R: También han ingresado otras autoras a esos análisis de textos, fue enriquecedor para todas.

- ¿La única actividad del grupo es la lectura? 

S.R: No, hemos llegado a celebrar un baby shower, porque nuestra amiga de Chile estaba embarazada, muy cerquita de la fecha de nacimiento de su bebé. Lo celebramos on-line. Todas tenemos el mismo punto en común en la lectura, pero no por eso dejamos de hacer cosas que nos divierten.   

-¿En qué momento, se dieron cuenta que tenían ganas de conocerse personalmente?

S.R: hace unos cuatro años, Laura me decía: “algún día voy a ir a esa Fiesta de la Cebada”. Tengo el hábito, durante diciembre y parte de enero de promocionar la Fiesta. En mayo pasado, me dijo “Preparate porque vamos”.

Y acá estamos.

L.R: últimamente, las chicas han estado organizando reuniones para conocernos. El año pasado nos reunimos en Guatemala, anteriormente estuvimos en Costa Rica.

S.R: Ahí se conocieron varias de las integrantes del grupo.

-El hecho de conocerse personalmente, debe afianzar mucho más los lazos entre ustedes 

L.R: Sí, es emocionante. Cuando les conté a mis conocidos que vendría a Argentina a conocer a Silvina, me decían “si vas allá, podés aprovechar a ir a tal o cual lugar del país”. Pero mi idea era venir a conocerla a ella. Después, si se da la oportunidad de visitar otros sitios, bienvenidos sea.

-Silvina… Seguramente vas tener que devolver esta visita

Es posible que algún día lo hagamos, pero para nosotros se hace un poco difícil

-Laura… ¿a qué te dedicás en México?

A algo que tenemos en común con Silvina: la educación. Actualmente, vivo en el Distrito Federal. Estoy jubilada, pero continúo prestando servicios como Asistente Personal de la Directora General del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México (IEMS). El IEMS cuenta con planteles y delegaciones, con una población de miles de estudiantes en situación de alta vulnerabilidad.

En estos días tengo que rendir un examen para ver si estoy apta para seguir en el puesto. Esto se hace todos los años, además de una rendición de cuentas, también nos piden una declaración patrimonial.

-¿Este trabajo, por sus características, te genera presión o lo vivís naturalmente? 

Yo trabajé 33 años en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) En el ámbito educativo, también en bachillerato. Son dos sistemas diferentes, pero finalmente la idea es apoyar para mejorar la educación sea mejor. Y en este caso, trabajando con la Directora General. Eso me da la posibilidad de estar pendiente y brindarme al servicio a nuestros chicos.

Me gradué como Licenciada en Matemáticas Aplicadas a Computación, eso me permite trabajar en cualquier ámbito educacional o de ciencias.

- Continuás trabajando más allá de estar jubilada?

Sí, por mi trabajo en la Universidad, luego me invitaron a esta nueva empresa. En México, actualmente, luego de una reforma a las leyes laborales, un docente se jubila a los 60 años, en el caso de las mujeres y a los 65 los hombres.

El sistema de pensiones tiene ciertas limitaciones, de acuerdo al sistema de seguro social que tengas. Por un lado, existe el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y por otro el Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS)

Ambos, te brindan la posibilidad de pensionarte y también de adquirir una vivienda. La mayor parte de la población está bajo el IMSS.

-En cuando al ejercicio de la docencia… ¿Ustedes también se enfrentan al desafío de enseñar y además contener socialmente a alumnos en condiciones de vulnerabilidad?

Sí, al ser educación pública es así. Además, tenés que cumplir con un plan de estudios, cada materia tiene uno y tiempos establecidos para enseñarlos. Ahora, trabajo en un Instituto que abarca todo el Distrito Federal. Se creó cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador era Gobernador del Estado. Su finalidad es cubrir la necesidades de la población con menos recursos.Por eso, todos los planteles están en las zonas más marginadas para llegar a estos chicos que no tienen acceso a otros niveles.  Se trabaja con el formato tutoría, bajo la figura del Docente Tutor Investigador (DTI). Como profesor, tienes bajo tu responsabilidad a unos 30 alumnos, teniendo que supervisar sus progresos y avances, mediante la aplicación de un programa eje.

Se trata de alumnos de escasos recursos, con problemáticas sociales. No obstante, todos nuestros planes y programas buscan la excelencia académica.

-Hablando un poco del tejido social de México… ¿Existe también la clase media como en Argentina?

Hoy la clase media está más cerca de la baja, el poder adquisitivo ha sido muy golpeado. La diferencia entre los del medio y los de arriba es tremenda.

Experimentando nuevos sabores

- ¿Tienen alta inflación?

Es estable. La economía fluctúa mucho. Hay productos que en algunos meses están a un determinado valor y en otros periodos del año, ese valor puede aumentar o bajar, es de acuerdo a la época.

- ¿El precio del dólar está en la agenda de la gente?

No. El dólar tiene un precio relativamente fijo que suele fluctuar, pero apenas centavos. Ahora estaba a $ 19,10. Y hace tres meses estaba en $ 20.

- ¿Qué comprás con 20 pesos mexicanos?

Con 20 pesos me puedo comprar un refresco y unas papas, una torta, un desayuno sencillo.

-¿Cómo se da el acceso al mercado laboral para los jóvenes mexicanos?

Les cuesta ingresar. Generalmente, los que tienen menos posibilidades económicas, deben busca trabajo antes de terminar el bachillerato, porque deben comprar libros y materiales de estudio.

Seguramente aquí también, cuando después de estudiar te gradúas, el empleador te pide una experiencia que no tienes. Y cuando al fin consigues esa experiencia, ya no tienes la edad para que te contraten. Por eso, muchos se ven obligados a estudiar y a trabajar para terminar la carrera.

El nivel de desempleo es alto. Somos tantos habitantes (20 millones en el DF y 120 millones en todo el país) que ¿dónde nos meten a todos?

Existe un nivel de competencia altísimo, para un solo empleo detrás de ti hay 20 mil más. Muchos se aprovechan de eso. Por ejemplo, te ofrecen $ 20 la hora, pero si no te gusta, detrás tuyo hay miles esperando para trabajar por $ 18 o $ 15.

- ¿La pandemia les dejo una economía golpeada?

Fue terrible, mucha gente se quedó sin empleo y hubo muchos despidos. En algunos casos, las empresas se dieron cuenta que, si trabajas desde tu casa, pueden tenerte disponible a toda hora. Tú pagas la luz, el internet y la limpieza del edificio, entre otros gastos. El comercio informal en la vía pública y mercados populares se vio muy afectado. Aunque terminó siendo relativo, porque la gente tenía que salir a trabajar igual, con pandemia o sin pandemia no les quedaba otra.