Bordenave: de chalet familiar a Casa de la Cultura y Biblioteca Popular
Hace unos días, la municipalidad entregó un reconocimiento a quienes forman parte de la institución cuyo emblemático edificio fue declarado “Bien Cultural de Interés Municipal” en 1992. En sus orígenes fue propiedad de la familia Dupouy, quienes hicieron traer la estructura prefabricada desde Francia entre los años 1906 y 1910. Esta construcción alojó a las primeras promociones del Jardín de Infantes 901.
El Municipio de Puan declaró a través de la Ordenanza Nº 1072/92 “Bien Cultural de Interés Municipal” a la Casa de la Cultura de Bordenave en reconocimiento a su importancia como patrimonio tangible e intangible. Según lo definido por la UNESCO, el patrimonio incluye bienes que una generación hereda y transmite a la siguiente, preservando así la identidad cultural y la historia compartida de nuestra comunidad.
Este edificio, único por su valor arquitectónico, fue testigo de diferentes usos y actividades a lo largo de su historia, consolidándose como un espacio que refleja el espíritu y las tradiciones del pueblo.
Una rica historia
El edificio que hoy alberga la Casa de la Cultura y la Biblioteca Popular José Hernández de Bordenave cuenta con una rica historia estrechamente ligada a la familia Dupouy y a la comunidad local. Esta casa, una de las primeras construcciones del pueblo, fue traída prefabricada desde Francia entre los años 1906 y 1910. Con su estilo sencillo y funcional, típico de principios del siglo XX, la estructura de una sola planta destaca por su techo a cuatro aguas de chapas metálicas, que refleja un diseño práctico y resistente, adaptado a las condiciones climáticas de la región. Las paredes claras y las ventanas con postigos contrastantes le otorgan un aire tradicional, mientras que el jardín circundante contribuye a la atmósfera serena y conectada con la naturaleza.
A lo largo de los años, este emblemático edificio ha cumplido diversos roles. Originalmente fue el hogar de la familia Dupouy, y más tarde, Héctor Dupouy lo utilizó como peluquería. Posteriormente, se convirtió en el primer jardín de infantes de la localidad, desempeñando un papel fundamental en la educación de los más pequeños, hasta que se construyó un nuevo edificio para tal fin. Tras ese periodo, la casa volvió a ser una vivienda familiar, hasta que las inundaciones afectaron gravemente su estructura.
En 1992, el edificio fue recuperado después de los daños sufridos por el agua. En ese momento, la familia Dupouy y la Comisión Directiva de la Casa de la Cultura firmaron un comodato mediante el cual la familia cedía gratuitamente el uso del inmueble para actividades culturales. Este acuerdo resultó fundamental para preservar la integridad histórica del edificio y convertirlo en un espacio destinado al fomento cultural en Bordenave. El comodato estipulaba que la Comisión Directiva gestionaría el inmueble mientras se siguieran realizando actividades educativas y culturales, con la condición de mantener su estructura original. La familia Dupouy, aunque cedía el uso, conservaba la titularidad del edificio, supervisando que no se hicieran modificaciones significativas sin su consentimiento.
En 1994, se inauguró en este espacio la Biblioteca Popular José Hernández, y desde entonces el edificio se ha consolidado como un pilar en la vida cultural de Bordenave, ofreciendo un lugar de encuentro y aprendizaje para toda la comunidad.
Finalmente, en julio de este año, tras décadas de trabajo conjunto y compromiso con la comunidad, se logró un hito trascendental: la escritura del inmueble fue transferida a nombre de la institución. Con este importante paso, la Casa de la Cultura y la Biblioteca Popular José Hernández pasó a ser oficialmente propietaria del edificio,
asegurando su conservación y su legado cultural para las futuras generaciones de Bordenave.