Se llevaron todos los aplausos
Este lunes cerró su ciclo lectivo, el taller de teatro a cargo de la profesora Jimena López. Con un buen marco de público, la velada consistió en la presentación de dos obras breves, protagonizadas por un elenco de actrices puanenses.
Con una exitosa propuesta, las integrantes del Taller de Teatro de Puan, a cargo de la profesora Jimena López, cerraron un nuevo año de actividades.
La cita fue el lunes, a las 20 horas en el salón de actos ubicado en la planta alta de la Escuela Primaria N° 1 “Domingo F. Sarmiento”.
La presentación incluyó la puesta en escena de dos obras, en las cuales las alumnas demostraron sobre el escenario lo aprendido y desplegaron todo su histrionismo, poblado de momentos de humor, ironía y sarcasmo.
Al finalizar las presentaciones, el Director de Cultura, Deportes y Turismo, Diego Maldonado, junto con la Coordinadora de Cultura, Técnica Jorgelina Walter, hicieron entrega de un presente a la profesora en reconocimiento a su labor y dedicación.
Este evento marca el cierre de un año de aprendizaje, creatividad y expresión artística.
Las actrices que dieron vida a los personajes de las obras fueron: Marisa Walter, Adriana Denegri, Laura Romero, Verónica Fino, Leiza Guerrero, Denise Boffa, Eva Sepeda, Silvia Montaña, Laura Cisneros, Sofia García, María Isabel Álvarez, María de los Ángeles Martín y Sonia Maldonado. La asistente de dirección fue Bianca Goicochea.
Proceso
En diálogo con este diario digital, Jimena López, directora de las obras, y docente del taller, comentó que el producto final representado formó parte de “un proceso de construcción colectiva”, surgido a partir de actividades y rutinas trabajadas en clase.
Jimena… seguramente las clases sirvieron para armar el esquema de lo que deseaban representar sobre el escenario.
La idea fue encontrar un tema atractivo para las alumnas. El producto final llegó después de muchos ejercicios, intercambios, diálogos y ajustes. Es un proceso que para mí vale la pena transitar a lo largo de las clases.
En las obras se ve a personas con diferentes padecimientos muy comunes en la sociedad actual...
Sí, las tramas se desarrollan en una suerte de sala de terapia, donde se proponen estrategias de autoayuda. Por supuesto, utilizamos el humor para contar lo que les pasa a esas mujeres, porque, según mi visión, pienso que, a través de la risa, se puede reflexionar mucho. Nos pareció la mejor forma de estimular el pensamiento crítico en el público.
Los personajes arrastran traumas, adicciones, trastornos psicológicos, problemas emocionales y obsesiones. Entonces, pensamos en visibilizar esos padecimientos tan frecuentes hoy en día, siempre encuadrándolo dentro de determinados conceptos.
Pudimos ver que, en la primera presentación, se trabaja con las obsesiones, todo dentro de una técnica japonesa llamada kintsugi.
-¿De qué se trata el kintsugi?
Es una filosofía que celebra la fractura de los objetos, es decir, cuando algo se rompe, en lugar de taparlo u ocultarlo, se resalta el valor de esa pieza rota, se la acepta.
Es una técnica centenaria, basada en la idea de la fractura como parte de la historia de un objeto y que, en lugar de ocultarlas, se deben hacer visibles y convertir en parte de su esencia.
El kintsugi representa la idea de que, frente a las adversidades, hay que saber recuperarse y sobrellevar las cicatrices. En el contexto terapéutico, el kintsugi puede representar el camino que un paciente emprende cuando acude al psicólogo.
¿Y en el caso de la segunda obra?
El otro grupo de terapia trabaja sobre un tema de consumo. Para armar el guión usamos frases del escritor uruguayo Eduardo Galeano, las cuales resultan muy interesantes. Una de ellas es “dime cuánto consumes y te diré cuánto vales”, dejando en claro que muchos vacíos se llenan con cosas. El objeto en sí mismo no cura esa carencia, entonces nos endeudamos y esas deudas generan otras, produciéndose un ciclo que no tiene fin.