Destino San Javier conquistó el corazón del público

En medio de esa simbiosis mágica entre la gente y los artistas, que no se da en todas partes, Puan seguramente quedará en la memoria de los hermanos Paolo y Bruno Ragone y de su primo Franco Favini.

La química con un auditorio colmado por miles de personas y la armonía de una noche espléndida, fueron los ingredientes para afianzar este romance entre ellos y la gente.

Fue un concierto multitudinario con características íntimas. Parece una contradicción, pero con solo ver a este trío entre las gradas, cantando e interactuando con un público de todas las edades, regaló esas gratas sorpresas difíciles del olvidar.   

“Vivimos una noche maravillosa, muy emotiva, sobre todo cuando supimos que en 1981 habían estado también aquí nuestros padres. Poder seguir esa tradición es muy importante, el show fue tremendo. Quiero destacar el respeto de la gente para con las canciones, para con nosotros, para con nuestros músicos. Lo vamos a guardar en nuestro corazón durante mucho tiempo”, reconoció Paolo.

CONEXIÓN 

El menor de los hermanos Ragone, hizo extensivo su saludo a los organizadores de la Fiesta. “Tiene una convocatoria espectacular, un público ávido por conectarse con las canciones, con disfrutar. Ese disfrute fue evolucionando desde el principio del show, en cuanto a la conexión, primero el público estaba atento para ver cuál era nuestra propuesta y cuando empezó a conectarse, pasaron cosas sumamente emocionantes. Por eso, decidimos bajar a cantar con el público. Notábamos que el respeto lo merecía. Fue muy lindo, sentimos un cambio en la conexión y terminamos muy arriba, con mucha fiesta y alegría para toda la familia. Ese es nuestro motivo al subir al escenario”, comentó.

En 2019, la carrera de Destino San Javier experimentó un enorme impulso hacia el universo internacional, tras ser premiado con dos Gaviotas de Plata en el importante e influyente Festival de Viña del Mar.

“Fue un antes y un después en nuestra trayectoria, no lo esperábamos. De a poco, nos fuimos sorprendiendo con la respuesta de la gente en la Quinta Vergara y resultamos ganadores. Después, todo cambio, las cosas se empezaron a dar de otra manera. Siempre hace falta un puntapié para que las cosas fluyan de otra manera. Ahí empezó a escribirse la historia de Destino San Javier, con el recuerdo de nuestros padres”, expresó Bruno.

UN MODELO SIEMPRE PRESENTE

Consultados sobre cómo fue seguir los pasos de los padres para reeditar una fórmula que en su época ya había sido un enorme éxito, Franco lo definió como una experiencia “maravillosa”.

“Aprendimos a respetar mucho esta profesión, a escuchar al público. Los viejos escribían letras para la familia, pero también eran de prestarle mucha atención a la gente y se lo retribuían con canciones. Tuvimos una escuela hermosa, sin duda”, dijo.

“Siempre nos preguntan si la referencia a nuestros padres es una mochila, pero para nosotros es un privilegio, aprendimos tuvimos grandes maestros en nuestras propias casas. Sobre todo nos enseñaron respeto por cada cosa que pasa sobre el escenario, por cada momento. Hacemos el mismo show en diferentes ciudades, pero cada vez es distinto, porque la conexión es distinta, porque la energía es diferente, por el modo en que conectamos. Y porque, por ahí, se nos vienen recuerdos de la infancia con nuestros viejos. Los mirábamos desde abajo y hoy nos toca estar arriba representándolos y defendiendo esas canciones con muchísimo amor”, completó Paolo.

Franco recordó que llegaron a cantar junto a sus padres.

“Estábamos en las gradas y nos pedían que subamos a cantar. Primero no queríamos pero después nos fue gustando, fue algo hermoso compartir las formas únicas que tenían ellos sobre el escenario.

Ellos hoy están tranquilos, viendo nuestro show, disfrutan muchísimo y nos aconsejan sobre canciones. Ha sido una noche muy hermosa para nosotros, la hemos pasado muy bien”, finalizó.